Los españoles han dicho muchas cosas; en primer lugar que son más los que confían en la experiencia y trabajo del PP que en la aventura del cambio progre vendida por PSOE y Unidos Podemos. Además, Ciudadanos paga su indefinición y bobadas como el veto personal al presidente de los populares; cuando el sistema está en peligro la estética no es suficiente. Por su parte las minorías periféricas siguen en lo suyo, con el triunfo de los extremistas en Cataluña y País vasco a costa de los nacionalismos tradicionales.
Quiérase o no, este 26-J algo ha tenido de segunda vuelta del 20-D. El campo se ha discernido; de los cuatro primeros partidos, sólo uno ha ganado: el PP. Los treinta y tres escaños que hace seis meses tenía de ventaja sobre el PSOE hoy han crecido hasta cincuenta y dos. Una ventaja de dos millones y cuarto de votos sobre el segundo calificado es como para hacerse respetar. Cómo actúen a partir de ese dato los demás, y singularmente C’s, es la cuestión a resolver en las próximas semanas.
Los vetos personales, caso de Rivera sobre Rajoy, quedan ridículos. Ya lo era la injerencia del ciudadano en la casa de los populares, pero ahora es la gente la que ha dictaminado la sinrazón del joven creador del partido naranja. Anoche sus palabras fueron lamentables, un ejercicio de perdedor dispersando las culpas de su derrota, que si la polarización, la ley electoral y demás, sin conciencia del muy limitado espacio político que ocupa. Continue Reading ▶






