A pocos días de la fantochada de asumir el mando del país pese a haber perdido las elecciones, y clamorosamente, España sigue mirando para otro lado. La dictadura tendrá media docena de padres, dos de ellos españoles; la derrota, millones de ciudadanos acallados por la mayor satrapía occidental de nuestro tiempo. Continue Reading ▶
Sánchez y la dictadura de Maduro
Cuando se ciegan los cauces de dialogo entre los agentes políticos pasa lo que está a punto de pasar: que Sánchez se erija en el gran soporte de la dictadura bolivariana encarnada hoy en Maduro. Para España, es decir, para los españoles, esto es un baldón muy difícil de superar. Cuánta razón encierran las recientes palabras del Rey sobre el dialogo, el bien común y la confrontación esterilizadora de los valores democráticos.
Si el doctor “no es no” fuera un primer ministro de verdad y no el aventurero que se juega el resto para seguir mandando, no refrendaría al dictador venezolano. Como tampoco rompería con la política de Estado que ha guiado la diplomacia española durante décadas. Ahí queda para el recuerdo el regalo al gobierno marroquí del Sahara, o la quebradiza solidaridad con la política de defensa occidental respecto del medio oriente y China.
Desde que en su propio partido le descubrieron trampeando su acceso a la secretaría general con una urna semioculta, Sánchez tiene una extraña malquerencia con las papeletas de voto y su registro. Aquí, pese a lo que proclama mintiendo, la verdad es que las unas le son esquivas; no gana elecciones. Maduro, tampoco.
Y el hecho de que en una dictadura del porte de la chavista el dictador pierda su elección presidencial, con Zapatero a su vera, es como para cortarle la línea y dar paso a los triunfadores, antichavistas, o sea a la mayoría de los súbditos que arrostraron las consecuencias de su decisión.
Si el constructor de muros se enfrentara a algo tan normal como tratar con la oposición las cosas importantes, a dialogar, tal vez habría reconocido ganador a aquellas elecciones a quienes las ganaron; su cabeza visible, traída aquí por quitarle a Maduro el problema de su estancia en su propio país, habría sido acogido desde el primer día y no al cabo de meses, como acaba de sufrir Edmundo González.
Y se habría pensado el enviar allá como embajador a un diplomático sin experiencia para la función que habrá de ejercer en un cambio presidencial que debe abrir la transición hacia la democracia. Enviar en nombre del Rey al jefe de gabinete del ministro y portavoz de Sumar Urtasun, a un tal Albacete, parece una broma.
La reacción jubilosa con que el sátrapa caribeño ha recibido al representante del Reino de España, a poco más de tres semanas de su eventual renovación, habla por sí misma.
¿Quién debe qué a quién? Es la pregunta que necesita una respuesta directa y clara sobre la relación entre la República Bolivariana de Venezuela y el Reino de España. Porque hay demasiados indicios para suponer que la relación no es la que corresponde a dos Estados independientes. Y datos, como para temer que la corrupción que en diversas áreas públicas nuestros tribunales están investigando llegue hasta ultramar.
Leave the first comment ▶El expolio
Debió de suceder justo en la mitad del pasado siglo cuando la Semana Santa de Santander, entonces capital de la Montaña, recibió un nuevo paso procesional. Sus imágenes representaban el momento en que Jesús era despojado de sus ropas. El Expolio era su nombre y la Delegación de Hacienda, el donante; no es broma. Creo recordar que yo mismo, un tierno infante disfrazado de paje de los tiempos de Carlos V, desfiló entonces por las calles de la ciudad desde la iglesia de San Francisco. No llovía, por cierto.
Hoy llueve, y el expolio ha tomado otra carta de naturaleza hasta definir el ADN de la asociación de intereses que tiene entre sus manos el gobernalle del Estado. Fraude, estafa, robo, malversación, botín, expolio en fin, ocupa el interés y los afanes de quienes ya sienten sobre sus cabezas el peso de la ley.
Las comisiones, que han gravado los recursos de este país hasta extremos aún no del todo evaluados, la libre disposición de bienes públicos por mangantes sin pudor y la detección de una malversación generalizada son consecuencia de la carencia de principios éticos y culturales que constituyen la base de la condición de ciudadano.
Pero tal vez el expolio más gravoso y que más tiempo requiera su restauración sea el acometido directa y personalmente por el jefe de la tropa que lo señala como el Número 1. Me refiero a su famoso “no es no”; al apagón del dialogo con más de medio país, a la confrontación salvaje derivada de la construcción del muro que terminará cayendo sobre su cabeza. Al tiempo.
Volar los puentes de entendimiento entre españoles no está tipificado como delito, pero puede llegar a tener la trascendencia de un golpe de Estado. Atenta contra el andamiaje de nuestro sistema democrático: el consenso constitucional.
Pese a comportarse como tal, el personaje no tiene la cualificación de autócrata. El origen del poder que detenta está basado en la mentira del “somos más” y la legitimidad de su ejercicio la tiene perdida tras satisfacer cuantos chantajes le presentan sus estrambóticos apoyos parlamentarios; otro tipo de expolio.
Es demasiado tarde para que llegue a liberarse del nudo gordiano con que lo manejan comunistas y sediciosos republicanos. Sin recursos ni fuerza para cortarlo de un tajo, terminará solo, asistiendo impotente a la caída de las defensas que se procuró en instituciones como la fiscalía, la abogacía del Estado, el TC, RTVE y en medios más o menos privados.
Y como corresponde en todo Estado de Derecho, sus peones políticos y quizá hasta su entorno personal, sufrirán el peso de la Ley. Pero costará años rehabilitar los efectos de tanto expolio.
Leave the first comment ▶Paz, Piedads, Perdón.
A moro muerto, gran lanzada. El hoy primer ministro del Gobierno de España ha perdido el oremus. Con la patria hecha un cisco y él mismo sin poder salir a la calle, busca abrigo tras el fantasma del general Franco, aquel Jefe del Estado nacido de la última guerra civil. ¿Cabe más ridículo que ver a un primer ministro de España alancear el espectro de quien hace cuarenta murió en cama?
A buenas horas, mangas verdes; Sánchez Pérez-Castejón se arroga hoy el mérito de haber acabado con una dictadura; juega como el cualificado trilero que es con una historia que desconoce. Porque ni aquel frío día de noviembre, 1975, nació la democracia, ni el PSOE puede arrogarse excesivos méritos en la lucha antifranquista que protagonizaba el PCE.
Sí que tuvieron los socialistas, y mucho que ver, con la implantación del marco en que emergió la democracia, pero por la vía opuesta que hoy taconea su jefe. Con la ayuda de muchos, de dentro y de fuera, de uno y otro lado, el saber hacer de sus jóvenes líderes y la memoria de unas siglas, se embarcaron en la operación que concluyó un referéndum, diciembre de 1978.
El camino de la democracia, abierto por la coordinación de propósitos y esfuerzos guiada por el Rey, Suárez y Fernández Miranda, comenzó realmente un año después del que ahora quiere celebrar este sinsorgo para remachar la división de los españoles. Lo persigue desde que se hizo con el Gobierno, hasta presumió de levantar un muro, hoy poco más que un bunker asolado por mor del pedrisco de mierda desplomado por y sobre los suyos.
Con él ahí no revivirá la socialdemocracia que como en todo el Mediterráneo europeo, Alemania incluida, España verá agostarse de no producirse un cambio drástico. El legado de este aventurero será el más negro del que hayan dejado los Gobiernos que se han sucedido en nuestra monarquía parlamentaria. No puede ser de otra manera mandando celebrar la muerte de un olvidado dictador y no de la Constitución que ampara los derechos y deberes de una sociedad que supo ganar el futuro cuando miró hacia delante.
Además de cretino irresponsable, es ágrafo. ¿Acaso sabrá quién fue Azaña, sí hombre sí, el presidente de la II República que en plena guerra civil pidió escuchar el “mensaje de la patria eterna que dice a todos sus hijos: paz, piedad, perdón?”
Leave the first comment ▶La Constitución, el bunker y la Corona
Al cabo de cuarenta y seis años parte de quienes juraron o prometieron defender la Constitución la zahieren, atropellan sus principios básicos y arruinan sus instituciones. Sus enemigos no están fuera, operan desde dentro del sistema abierto de par en par por quien se constituyó en una especie de Deus ex machina. Continue Reading ▶
Traed madera, es la guerra
Los servicios judiciales no dan abasto para tantos despachos y citaciones a los compinches del primer ministro. Cuanto rodea a Pedro Sánchez está cercado como aquel aventurero que llegó a hacer de general, Custer se llamaba. Terminó abatido por los indios en Little Bighorn. Continue Reading ▶