Desafío a nuestras libertades

El Rey de la Concordia

Tal día como hoy, hace treinta y nueve años, los españoles ratificaban en las urnas la Constitución de la Concordia. Una inmensa mayoría abrió el futuro que estamos viviendo, cerrando un siglo desventurado de enfrentamientos, golpes y hasta guerras civiles; de trágalas, crímenes y atroces ajustes de cuentas.

El Rey la sancionaba en el Palacio de las Cortes veintiún días después, rubricándola sobre las firmas de Antonio Hernández Gil, Fernando Álvarez de Miranda y Antonio Fontán Pérez, presidentes de las Cortes Generales, del Congreso y del Senado. El 28 de enero Adolfo Suárez, el presidente del Gobierno que condujo el proceso constituyente, ordenó su inserción en el Boletín Oficial del Estado con el mandato de ser publicada “así mismo en las demás lenguas de España”.

En su breve discurso ante los legisladores constituyentes, alertó don Juan Carlos I: “Si hemos acertado en lo principal y lo decisivo, no debemos consentir que diferencias de matiz o inconvenientes momentáneos debiliten nuestra firme confianza en España y en la capacidad de los españoles de profundizar en los surcos de la libertad y recoger una abundante cosecha de justicia y de bienestar. Continue Reading

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Manuel Marín, el político

Marín, en el Congreso

Hablar hoy de políticos se hace aburridísimo; los dedos de una mano bastan y sobran para contar los meritorios dentro de la nómina nacional. No es cuestión de ubicación, el vacío se extiende de derechas a izquierdas pasando por los mediopensionistas.

Y en esas se nos muere Manuel Marín, un castellano manchego que negoció la incorporación de España a la Comunidad Europea en los años 80, a las órdenes del presidente Felipe González. Comenzó su carrera política en las Cortes Constituyentes, 1977 y dedicó tres décadas a la función pública; aquí como Diputado, Secretario de Estado y Presidente del Congreso, y en Europa, como Comisario, Vicepresidente de la Comisión e incluso Presidente durante seis meses, entre los mandatos de Santer y Prodi.

Ahora hace diez años, 2007, anunció su retirada; también hay vida después de la política. Claro que para saberlo hay que tener precisamente eso, vida propia, como Marín la tuvo. No nació dentro de un partido, en contra de lo que hoy tanto abunda. Antes de militar en el PSOE estudió Derecho y fue profesor del Colegio de Europa, en Brujas, ciudad por donde transita con cara de frío y manos en los bolsillos ese loquito catalán que se cree Puigdemont. Continue Reading

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Dónde están los politicos

Una voz del pueblo

Tal vez hibernando, sería lo propio del clima que nos ha caído encima, pero no. Hasta hace poco más de una semana el otoño venía travestido de cálida primavera, estación poco propicia para el recogimiento. Es más, asuntos tenían amontonados a la espera de alguna atención medianamente seria.

Ahí están el desastre catalán, la violencia doméstica, la liberalización castrada -véase el caso del taxi-, la deuda pendiente del sector público que empresas y ciudadanos soportan con paciencia similar a la que los vecinos de Madrid han de echarle a las ocurrencias de los podemitas de Carmena… Por cierto, ¿se imaginan la catadura intelectual de los ediles que han dispuesto calles peatonales de una sola dirección en pleno centro de la capital? Está ocurriendo, convertidos los paseantes en ganado bovino bajo la vigilancia de la policía municipal.

Es una simple muestra de hasta dónde ha llegado la escabechina que ha esquilmado la política. Tema menor donde los haya, el de la circulación peatonal en una ciudad, pero significante del desprecio que sufren los ciudadanos, los contribuyentes, las personas, en suma, a cuyo bienestar se debe la acción política. Continue Reading

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Tiempo de apóstatas

Era simbólico…

Espectáculo sin precedentes el que están brindado los sediciosos catalanes negando su propio ser. La vergüenza se echa en falta allá donde la hubo, no es el caso pues. Desde la declaración de la sumo sacerdotisa Forcadell, “lo de la independencia era puramente simbólico”, ya nada resulta chocante.

A estos apóstatas de conveniencia no se les cae la cara de vergüenza manteniendo en Bruselas a ese loquito que cree ser el honorable Puigdemont diciendo barbaridades cada vez que abre la boca, por ver si se calza un titular de prensa, unos planos televisivos, en fin, un recuerdo del pasado.

De momento, el loquito sigue manteniendo enhiesto el pendón estrellado con su gabinete en el exilio, pero ¿cuánto tiempo necesitará para renegar de cuanto ha hecho y dicho, ahora que al parecer le cierran el grifo financiero de la excursión? Continue Reading

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Pasará lo que dejaremos que pase

Filósofo Savater

En los últimos tiempos el nivel de la gente dedicada al noble arte de la política, aquí y fuera de aquí, es lamentablemente exiguo. Excepciones hay, contables todas ellas con los dedos de una mano. Sería de enorme interés un estudio profundo sobre las causas de la degradación que sufre el ejercicio de la política en nuestro mundo occidental.

Aquí hay casos que superan lo esperpéntico; ahí están los golpistas catalanes. Se han erigido en auténticos maestros del surrealismo: lo de Puigdemont supera al José Luis Cuerda de Amanece que no es poco, y ni  Groucho borracho de vino podría imaginar tantos dislates.

Pero sin tanto relumbrón circulan por los micrófonos y pantallas personajes como el socialista Sánchez, de talla no menos chata pero desmedidas ambiciones. Ha tardado en emborronar su foto en el balcón constitucionalista justamente las semanas que cabía esperar.

Sobre el PSOE se cierne la sombra del problema que hubo de enfrentar hace trece meses cortando las alas a su secretario general, que es el mismo que hoy marca la deriva del partido. Continue Reading

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El hada Colau

Colau en su salsa

Aunque suele aparecer rodeada de un halo de misterio que a muchos despista sobre sus reales propósitos, Ada Colau tiene de hada tanto como la Peyton Flanders que interpretaba Rebecca De Mornay en La mano que mece la cuna, película de terror donde las haya. O sea, en el fondo, nada.

Ella es el recambio de los separatistas oficiales, hoy enredados en sus propias trampas; la alternativa que crece lenta pero firme, sin competencia dentro del frente sedicioso, partido entre prisioneros preventivos y fugados del país.

Colau minó el campo para evitar la entrada de la Agencia Europea del Medicamento. Desde que se sentó en el sillón del Ayuntamiento, frente por frente de la Generalitat, no dejó de poner obstáculos al desarrollo de las potencialidades de su ciudad. El freno a la instalación de nuevos hoteles o las tasas al turismo son indicios de lo que interesa a la madre de la plataforma contra las hipotecas, y de los movimientos okupa y antiglobalización barceloneses. Continue Reading

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