El error de Rajoy

Mariano Rajoy

Mariano Rajoy

Con 165 diputados, 6,3 millones de votos, Adolfo Suárez se lanzó al ruedo en el verano de 1977 para hacer una Constitución, entre otras cosas. En el invierno del presente 2016 Mariano Rajoy ha podido disponer de 163 diputados, 10,7 millones de votos, y presentar su candidatura para presidir un gobierno con desafíos bastante más modestos. Y no lo ha hecho.

Ante la imposibilidad de ser escuchado por Sánchez, cerrada la viabilidad de la gran coalición le hubiera bastado negociar con Rivera otra solución de gobierno -123 más 40 dan 163- y, ¿por qué no?, las bases para cimentar algo de mayor calado en el futuro. Pero no lo hizo. Rajoy está herido de muerte desde el último debate electoral, y aún no se ha repuesto de los insultos y descalificaciones que Sánchez vertió su honor. Tal vez sea esa la causa del solipsismo –sólo yo conozco la realidad- que le ha hecho quedarse a verlas venir, íntimamente cargado de sus razones, que no le faltaban, pero ahora estériles.

Dados los desafíos presentes su pretensión de una gran coalición estaba sobradamente justificada. Claro que es algo excepcional en las democracias, como excepcional es que en la Unión Europea una región española esté minada en el siglo XXI por secesionistas, o que cuatro millones de españoles permanezcan sin empleo, o que la tercera formación parlamentaria quiera cargarse el sistema de libertades. Por menos los alemanes suelen cerrar filas de vez en cuando. Y no les va tan mal. Continue Reading

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El candidato mentiroso

Sánchez en el Congreso

Sánchez en el Congreso

Asombraba ayer tarde escuchar la primera comparecencia pública del candidato a presidir el Gobierno propuesto por el Rey. Pocas veces en la vida política de nuestra democracia se ha mentido con tanto descaro –corruptos aparte-. Sánchez hizo categoría de la mentira. En un discurso que llevaba escrito no cabe hablar de anécdotas, de lapsus y demás excusas; no, Sánchez mentía con el aplomo suficiente como para presumir que lo suyo no era producto de un calentón.

A juzgar por los primeros párrafos destinados a poner como no digan dueñas al Partido Popular y a su presidente, cabría pensar que el socialista no quiere llegar a presidir el Gobierno. Con los populares votando en contra tiene sumamente difícil su investidura; el concurso de Podemos, que está por ver, no le basta. Necesitaría embarcar simultáneamente en su travesía a Ciudadanos, formación la de Rivera que no cesa de proclamarse incompatible con los círculos de Iglesias.

Un proverbio judío viene a decir que con las mentiras se puede llegar lejos, pero sin posibilidad de volver. Esa es la consecuencia a la que ayer se enfrentó el candidato después de haber estado reiterando durante mes y medio que él está abierto al diálogo con todos. El “con todos” quedó recortado a “con las formaciones del cambio” una vez que Rajoy haya recordado que el mismo Sánchez dijera cien veces que con el PP ni a heredar, y que no ha podido hablar con él para intentar una coalición de gobierno. Aquellas infinitas ansias de diálogo volaron con el primer soplo de viento. Continue Reading

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Sánchez: PSOE asambleario

La democracia de Sánchez

¿La democracia de Sánchez?

La última ocurrencia de Sánchez es letal para la democracia. Puede aliarse con quien quiera antes de que en mayo el Congreso de su partido le cobre su histórica derrota electoral. Pero no todo vale para alcanzar el poder. Hasta trepar por la cucaña tiene sus reglas. Confía en que cuando le vean en la cabecera del banco azul tal vez olviden de que en el camino perdió veinte diputados, y sus socios, Podemos, le pisan los talones en las urnas.

Sí, Sánchez quiere ser presidente a cualquier precio, incluso al de cargarse su partido. La maniobra de apelar a las bases sorteando así al Comité Federal no es propio de un partido serio. No lo hará, pero Sánchez debería explicar por qué un socialdemócrata defiende la democracia asamblearia, la de Iglesias, las mareas y demás. Porque la Nación y su Gobierno son cuestiones bastante más complejas que el Concejo Abierto de un pequeño municipio  medieval español.

Consta en los Estatutos del PSOE que el Comité Federal es el máximo órgano del partido entre congresos, y que a él corresponden las decisiones trascendentes en esos períodos, como la designación de candidato a la presidencia del Gobierno, elaborar y aprobar los programas electorales nacionales, o “determinar la política de alianzas del partido” (art. 36, i). Continue Reading

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Felipe, Guerra y Podemos

Felipe y Guerra con Iglesias I

Felipe y Guerra con Pablo Iglesias

Felipe González y Alfonso Guerra vuelven a estar bastante de acuerdo, como cabía suponer. Ante las cosas serias, y España lo es, pocos matices caben entre personas serias. La entrevista con González que anteayer publicó el diario amigo y las declaraciones que ayer hizo Guerra en Sevilla antes de pronunciar una conferencia, apuntan en una misma dirección: Sánchez, con Iglesias, no.

El Comité Federal del PSOE celebrado el 28 de diciembre trazó una línea roja a no traspasar en las negociaciones para la investidura de su candidato: rechazar “de manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional y que amenace así la convivencia lograda por los españoles durante estos últimos 37 años.

La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas.

Pero Sánchez y sus edecanes pensaron que semejante freno tenía escaso relieve dado que Iglesias callaría sus exigencias sobre el derecho a decidir la ruptura de España, con la misma desfachatez con que durante la campaña electoral se travestía de socialdemócrata ante las cámaras de televisión. Y así siguieron, y siguen hablando, de acordar con Podemos “un gobierno progresista y estable”. Continue Reading

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Adiós Rajoy, Sánchez adiós

Despedida conjunta

Despedida conjunta

Sí, cosas ha hecho bien en circunstancias muy difíciles, como él dice reclamando su derecho a la investidura, pero la salida del impasse no va de derechos adquiridos sino de escaños, de los apoyos necesarios para armar el gobierno sólido y estable que España precisa. Y no parece factible que a Rajoy le asista la capacidad de conseguirlos.

No será ésta una legislatura al uso; capeado el temporal de la crisis quedan aún muchos y graves destrozos por reparar, comenzando por la ruptura catalanista, siguiendo por el paro y concluyendo en un sentimiento generalizado de derrota como la sociedad española no sufría desde que vive en democracia. En cuajarlo se ha empleado a fondo Sánchez con su equipo desde que comenzaron a notar los primeros síntomas de bonanza.

Rajoy, efectivamente, presidió el salvamento de una crisis que destruyó miles de empresas, millones de puestos de trabajo y miles de millones de euros. Las cuentas nacionales están más o menos ordenadas, pero la nación está desordenada. La corrupción es endémica; no está circunscrita a un partido concreto, ni siquiera al mundo político; es la sociedad la que hoy arrastra ese lastre por lo ancho y largo del país. No se conoce región en la que no haya florecido, ni partido con capacidad de gobierno libre de chorizos. Y resulta poco alentador que los recién llegados que más chillan traigan sucias las manos antes de meterlas en harina. Continue Reading

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Chapó, Rajoy

Investidura con gambito

Investidura con gambito

A última hora de la tarde, una vez aburridas las ovejas a la espera de su comparecencia tras el paso por Zarzuela, saltó la noticia desde la propia Casa Real: Rajoy ha declinado el ofrecimiento del Rey para ser candidato a la Presidencia. “De momento no tengo los apoyos necesarios”, “tengo una mayoría absoluta en contra”, pero no renuncia a nada.

En realidad, lo que ha hecho el presidente en funciones es voltear la escena política. Él se ha explicado con la cachazuda lógica de los puntos cardinales que deberían centrar los afanes de un nuevo Gobierno: la unidad de España y la igualdad de todos los españoles, el modelo y los compromisos europeos, crear empleo y consolidar el estado de bienestar, y la lucha contra el terrorismo internacional. Y el dialogo como método para superar las diferencias, porque aun existiendo sobre esos puntos un acuerdo básico entre populares, socialistas y ciudadanos, dijo, hay diferencias en cuanto a las medidas para lograrlos.

Ahora es Sánchez quien ha de explicarse, y ante razonamiento tan claro y de sentido común ya no le basta con reiterar su repugnancia a sentarse con los populares, ¡cuando acaban de hacerlo para constituir la mesa del Congreso!, por ejemplo.

Pero sobre todo habrá de responder por la puñalada trapera que le asestó su socio eventual invistiéndose vicepresidente y reclamando cuatro ministerios de ese gobierno “de progreso” que Iglesias anunció al propio monarca. Continue Reading

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