Tener de compatriotas a gentes como Marta Rovira resulta degradante, deshonroso. Es inaudita la catadura ética de la provocadora que el pío Junqueras propone a los catalanes como candidata a presidir su gobierno autonómico. En manos de rufianes de esta calaña la política siempre desemboca en las sentinas del guerracivilismo.
La mentira es el báculo de las tiranías; sobre ellas marchan gerifaltes que esquilman las libertades de sus pueblos, embaucados entre los pliegues de una capa que en su revolera ofusca los perfiles de la realidad con el augurio de un nuevo paraíso en la tierra. Hitler y Stalin contaron seguidores por millones, pero fueron aún más los millones de víctimas inmoladas por su paranoia.
Hasta dónde llegan los estragos que la fe independentista haya podido causar en la sociedad catalana es la gran cuestión de que depende el futuro que se abre el 21-D. Muy abducido por esa mitología hay de estar para dar pábulo a las tremebundas falsedades de la tal Rovira. Continue Reading ▶






