Dios le ampare, imbécil

El del medio es real

Entre Maciá y Companys; en medio, el real

Rebelión en Nochebuena” era una de novelitas reunidas en “Dios le ampare imbécil”, obra de Álvaro de la Iglesia, director por más de 30 años de La Codorniz, “la revista más audaz para el lector más inteligente” que sobrevivió al franquismo. Me vino a la memoria al oír que las televisiones de los nacionalistas catalanes y vascos pasaban del mensaje navideño de su Jefe del Estado.

No era la primera vez; el insólito hecho forma parte de la tramoya habitual de los montajes separatistas. Pobres, se sienten más realizados honrando en el cementerio a un personaje como Maciá, el militar español que se llegó hasta Moscú en busca de ayuda para la independencia de Cataluña, y visto que Lenin no estaba para bobadas planeó proclamar la República Catalana invadiéndola con dos columnas militares que habrían de llegar hasta Olot desde Francia. Naturalmente las autoridades galas frustraron el golpe de Prats de Molló.

Todo un patriota Maciá; como su predecesor tres siglos atrás, el canónigo Pau Claris, primer presidente de la Generalitat que acabó entregando la soberanía de su Cataluña independiente a la Francia de Luis XIV. Continue Reading

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Lo de la luz

Lemóniz, ¿parque temático?

Lemóniz, costoso despilfarro aún pendiente

Alguien debería explicar por qué tenemos la energía eléctrica que más sube de precio en todo el mundo civilizado, un setenta por ciento en los últimos diez años; nada menos. Y no es que partiéramos de precios bajos, sino de los más altos del vecindario. Ni tampoco sirve de excusa que las compañías que la suministran estén en las últimas y los ciudadanos tengan que echar una mano para salvarlas del concurso de acreedores, sino todo lo contrario. El margen de beneficio de las eléctricas españolas duplica el de sus pares europeas. En fin, ¿puede alguien explicar por qué el españolito ha de pagar más cara la luz que el francés, el alemán, el italiano o el portugués?

El país tiene más cuestiones pendientes que el chantaje de los apandadores que mandan en Cataluña; el suministro energético es una de ellas. Ambos casos son buena muestra de hasta dónde puede llegar el que se deja arrastrar por la corriente; por la corriente y por la irresponsabilidad de quienes tienen delegada la administración de sus recursos.

Realmente siempre hemos tenido una grave dependencia energética a consecuencia de nuestra escasez de recursos fósiles. Sin gas ni petróleo, con un carbón malo y caro –siempre subvencionado- y limitados recursos hidráulicos, estábamos abocados a la energía nuclear para resolver el problema. El primer Plan energético que tuvo el país, finales de los sesenta del pasado siglo, apuntaba a 41 centrales nucleares. Algunas se realizaron y siguen operativas, Ascó, Vandellós, Cofrentes, Zorita, Trillo; la de Garoña, ante al desguace; pero el grueso pereció a manos de la demagogia y de las pistolas de ETA. Continue Reading

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Lo que no puede ser

Poco ejemplar

Poco ejemplar

Quizá no podría haber sido de otra forma; el año termina con la opinión pública enfangada en la corrupción. Pocos se salvan, y no sólo de entre la gente que sale en los medios. Políticos, sindicalistas, profesionales, empresarios, futbolistas, famosos sin causa, chapuzas que “trabajan” en el paro y hasta curas chapotean en la charca. Y el común seguirá siendo salpicado por la sinvergonzonería nacional durante años mientras la Justicia siga demorándose sin plazo conocido en el ejercicio de sus funciones, es decir, mientras sea menos Justicia.

La corrupción quizá sea hoy la dolencia más profunda que aqueja a nuestra sociedad; ha mellado sus fundamentos éticos y los estéticos, que también cuentan. Sin embargo los prescriptores de opinión llevan meses encelados en el secesionismo de Mas, Duran, Pujol y otros inquilinos de la superestructura, como si la superestructura no surgiera de la base, al decir de Marx, Karl.

Aturdida por el tufo de la corrupción la sociedad no está en su mejor momento para reaccionar ante cuestiones como la catalana ni para protagonizar el mundo de reformas preciso para dejar atrás las crisis. Estamos en ese tiempo crítico en que lo nuevo no acaba de nacer ni lo viejo de morir, en expresión de Brecht. Un tiempo que requiere generar fuerza y esperanzas para contrarrestar frustraciones demasiado extendidas en un cuerpo social afectado por la falta de trabajo, penurias económicas y una mala educación. Continue Reading

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La cuestión catalana y la falsa moneda

Los apandadores de ICV, CiU y ERC

Los apandadores de ICV, CiU y ERC

Sigue empeñado Rubalcaba en abrir en canal la Constitución para hacer una España federal. Una vez más, otra nueva España. Y van… El último siglo y medio lleva consumidos más proyectos que ningún otro país europeo: desde la monárquica liberal, la republicana federal, la de la Restauración canovista, la de los reformadores de la enseñanza, la de los generales africanistas, la de Azaña, la de Franco…  hasta la de la concordia de la Constitución del 78.

Tanto ajetreo y tan costoso apenas ha alterado las  cuadernas de la nave en que hace seis siglos se embarcaron los reyes de Castilla y Aragón para alcanzar el primer Estado moderno. Demasiado tiempo de gozos y quebrantos, navegando entre mil escollos como para que ahora sucumba frente al islote ucrónico del nacionalismo. Que de eso se trata; ucrónica es la reconstrucción histórica “que da por supuestos acontecimientos no sucedidos, pero que habrían podido suceder”, dice la RAE. Continue Reading

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La cuestión catalana, IV

Al fin

Al fin

Ardua labor la de los dos grandes partidos nacionales frente a una clase política catalana engolfada en un problema sin solución. La escalada de tensión en que se ha embarcado el presidente de la primera institución del Estado en Cataluña cierra las puertas a cualquier tratamiento sereno de la cuestión. Seguramente es lo que persigue, acosada su retaguardia por los independentistas de verdad que son quienes realmente se están llevando el gato al agua.

Poco análisis sereno cabe acerca de un objetivo, la independencia, levantado sobre un cúmulo de emociones suscitadas por un imaginario colectivo esculpido a golpe de mito. En el mundo de la complejidad, renunciar a la realidad, al conocimiento del dato preciso, constituye un atentado a la inteligencia, la personal y la colectiva.

En la senda por la que Mas va cubriendo los tiempos de su compromiso con los radicales republicanos no tiene cabida diálogo alguno con el presidente del Gobierno; su apelación a una entrevista constituye un mero trámite formal para echar sobre las espaldas del otro la responsabilidad de la ruptura. Le delata su deseo de celebrarla reservadamente, ocasión propicia para seguir fabulando la realidad. Continue Reading

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La cuestión catalana, III

Fernando: liderazgo y unión

Rey Fernando: liderazgo y unión

Como decíamos ayer… la sociedad catalana está dando muestras de una esclerosis digna de conmiseración. Demasiados años de fabulación nacionalista han acabado por disolver su sistema inmunitario y romper la barrera que separa la razón de los sentimientos, la realidad de la ensoñación.

¿Y la del resto de la nación; qué pueden estar pensando andaluces y gallegos, castellanos, vascos y madrileños del órdago catalán? Más allá del escepticismo que merecen estas salidas de tono, el común del país no puede explicarse cómo ha podido llegarse hasta este extremo. Los españoles, incluidos separatistas y quienes dicen serlo porque no pueden ser otra cosa, llevan en sus ADN la pertenencia a una nación vieja como pocas, forjada a golpes de genio y de ingenio, de guerras comunes y hasta civiles, de catedrales y cátedras centenarias, de fiesta y luto, de sol, hambre y pan.

De todo ello está hecha la masa de la sangre hispana de Ramon Llull y Teresa de Jesús, de Servet y de Nebrija, de Martorell y Cervantes, de Ignacio y Quevedo, de Velázquez, Goya, Miró, Picasso y Dalí, de Vitoria y Halffter, de Cánovas y Pablo Iglesias, de Calvo Sotelo y Pasionaria, de Tarradellas, Suárez, Pujol y González, de Ortega, Giner y el Menéndez Pelayo que enseñó “No queráis llamar ‘lengua española’ a la lengua castellana, frase malsonante y rara vez usada por nuestros clásicos, que siempre se preciaron de escribir en castellano. Tan lengua española es la castellana como la catalana…”. Continue Reading

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