Abatir al Presidente

Portavoz Celaá, ¿abatir?

Ahora ya se sabe el porqué del retraso de veinticuatro horas para levantar el secreto que pesaba sobre la tesis de Pedro Sánchez. Era el tiempo necesario para darle una pasada amiga por el Turnitin y el Plagscan y adelantar que el plagio se reduce a un 13% o a un 0,96%, respectivamente, de otros trabajos universitarios.

Poco serio parece ese escaneo que tan dispares resultados ofrece; el 13 por ciento sería un pecado venial, pero ¿qué saldrá cuando se someta a escrutinio frente a lo publicado en informes y presentaciones ministeriales, artículos de ICE, presentaciones del ICEX, Wikipedia, etc., es decir, escritos no universitarios?

Esto acabará como el rosario de la aurora, aunque la verdad sea dicha a estas alturas poco importa que Sánchez plagiara o no su trabajo, fuera examinado por un grupo de amiguetes, incluso en algún caso colaboradores, o le dieran la máxima nota por una tesis que nadie se atreve de calificar de valiosa, interesante o simplemente correcta. Continue Reading

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Como si canta misa

Pillado

El miércoles en sede parlamentaria Sánchez afirmó rotundamente que su tesis era de dominio público porque estaba alojada en el portal donde han de ser depositados estos trabajos académicos desde el decreto que, un año antes de terminar Sánchez su doctorado, dictó Ángel Gabilondo siendo ministro de Educación con Zapatero.

Pero no era así. Veinticuatro horas después, el jueves, la vicepresidenta del Gobierno comunica que el presidente ha dado su permiso para que la dichosa tesis sea de dominio público a partir del viernes. ¿No lo estaba ya? ¿Y por qué esas veinticuatro horas más de espera?

Pues no, no estaba pues al alcance de cualquiera que tuviera curiosidad por conocer la investigación de Pedro Sánchez. Su autor había impedido que estuviera al alcance de los españoles interesados en la diplomacia y el comercio durante el gobierno socialista de Zapatero. El por qué lo aventuré ayer en esta bitácora antes de conocer las revelaciones que ha hecho el diario ABC. Continue Reading

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Y Sánchez mintió

Solo para mirar

En papel y sin hacer copias, sólo así es como se puede ojear la tesis con la que Sánchez consiguió el doctorado de la Universidad Camilo José Cela. En papel y sin hacer copias… para no poder confrontar su texto con cualquiera de los programas informáticos que detectan plagios, como Plagiarism Checker.com o Viper, y tantos otros creados por Universidades, como el Turnitin de la de León, o el Docode de la Universidad de Chile.

El mismo Google books sirve para detectar una publicación, impresa o en la red, que contenga frases como las que se someten a examen. Pero, claro, para todo ello es preciso disponer del texto a analizar, un texto que por expresa petición de su autor sólo se puede ver en el único ejemplar depositado en la biblioteca de la UCJC.

En enero del 2011, Ángel Gabilondo, ministro de Educación del Gobierno Zapatero, firmaba un real decreto disponiendo que “una vez aprobada la tesis doctoral, la universidad se ocupará de su archivo en formato electrónico abierto en un repositorio institucional y remitirá, en formato electrónico, un ejemplar de la misma así como toda la información complementaria que fuera necesaria al Ministerio de Educación.” Continue Reading

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Pues claro que no somos iguales

Efectivamente, no todos somos iguales. Transcribir textos ajenos en un trabajo fin de curso que se presenta como propio no está al alcance de cualquiera, tal vez porque no seamos iguales todos.

Lo otro, las mentiras a cara doliente sobre cómo hizo esto o aquello, importa menos que la apropiación indebida, que eso es lo que significa copiar lo creado por otros.

El respeto por la propiedad intelectual no es precisamente rasgo definitorio de nuestra sociedad. Desde lejanos tiempos; al maestro Cervantes le salió un tal Fernández Avellaneda queriendo sacar tajada de la invención del caballero de la triste figura. Pero es que yendo más allá, el propio don Miguel narra en su novela que tomó la historia del manuscrito en árabe de un tal Cidi Amete. Nada nuevo bajo el sol, pues.

Que Montón asegurara que no tenía por qué dejar su sede ministerial entra dentro de los usos y costumbres de este circo que viene llamándose política, pero tiene bemoles que su mismísimo jefe dijera dos horas antes de dejarla caer por las escaleras del poder que tenía su confianza y seguiría siendo una excelente ministra. Continue Reading

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Importancia de la Corona

Hoy publico en La Tercera de ABC el artículo que transcribo a continuación.

¡Viva el Rey!

 

¿Por qué no gritar “¡Viva el Rey!” cuando desde una institución pública se promueve la guerra contra el Estado español? Que las amenazas partan del ridículo personaje que preside la Generalitat catalana no disminuye la afrenta. Y demuestra cuán bajo ha llegado a caer una sociedad que mantiene al frente de su autogobierno a un golpista xenófobo teledirigido por un forajido.

Resulta estupefaciente el estruendoso silencio de tantos demócratas frente a agresiones de esta naturaleza a nuestro sistema de libertades. Tal vez esa apatía forme parte de una cultura cívica, la de nuestra sociedad actual, que hunde sus raíces en el régimen instaurado por los vencedores de una lejana guerra civil.

Su evolución durante cuarenta años permitió la consolidación de una clase media que comenzó trocando libertad por seguridad y, a partir de la década de los sesenta, siguió adormecida por el bienestar creciente de un desarrollo económico como el que el resto los europeos vivía desde años atrás. Continue Reading

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No todos somos iguales

El jefe y la ministra

El socialismo ya no es lo que era. O estos que se denominan como tales son unos simples aventureros que se han hecho con el puente de mando del barco a la deriva que hace cuarenta y tantos años botó Felipe González. El sevillano tuvo que calafatear el casco, rehacer el velamen y cambiar de brújula y sextante. Encomendó el control de la marinería a su colega Guerra y se rodeó de gente experta en los nuevos vientos que habrían de gobernar. Y ahí estaban Boyer, Múgica, Solana, Maragall, Leguina, Solchaga, Lluch y algunos más cuyo parecido con la tropa actual es más que lejano, inexistente.

Pues envolviéndose en la bandera del “No todos somos iguales” una ministra de Sánchez, cuyo nombre poco importa pues el desplante torero podría haberlo hecho el gabinete en pleno, ha querido evitar las salpicaduras que viene provocando la guerra de los máster de la URJC, joven universidad madrileña que no gana para disgustos.

Esa negación de la igualdad entre todos, ricos y pobres, negros y blancos, mujeres y hombres, etc., ilustra divinamente hasta dónde está llegando el despelote de la izquierda constitucional, y cuánto está dispuesta a tragar la otra, la leninista, con tal de tener acceso a La Moncloa. Continue Reading

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