Un malhechor anda suelto

El sátrapa mata

Se llama Maduro. Está pasando delante de nuestras narices y miramos hacia otro lado. Hablamos de Venezuela, donde un sátrapa ha comenzado a rematar a muertos de hambre mientras quema alimentos y medicinas a las puertas de su país.

El pontífice del libertador parece haber entrado en pánico, las deserciones han comenzado en su guardia pretoriana mientras pone en pie de guerra sus milicias bolivarianas, variedad local de aquellos tonton macut de los dictadores haitianos, los hombres del saco.

Negro panorama que puede tornar a rojo, rojo de sangre, si el resto del mundo no lo remedia. Empezando por su vecina Cuba, en cuyas manos están los resortes del poder venezolano, la seguridad, la salud pública y hasta la formación de sus fuerzas armadas. Ese fue el papel que hace más de una década Chávez ofreció a la Cuba castrista. Continue Reading

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El Rey y yo, Pedro Sánchez

En el Salón del Trono… por unos minutos

El rey y yo”, musical de los años 40 de Rodgers y Hammerstein II, está inspirado en las memorias de una maestra británica del siglo XIX en Siam, hoy Tailandia. Su éxito, el actor Yul Brynner la representó 4000 veces en los escenarios, fue rematado una década después por la adaptación cinematográfica que consiguió cinco Premios Oscar. ¿Llegarán a tanto las memorias del doctor Sánchez?

Intentar lo está intentando, poniendo en ello sus mejores esfuerzos. Su ansia de protagonismo es infinita; a estas alturas sigue perorando “yo soy el presidente del Gobierno”, como hace unos meses en el memorable discurso donde se definió once veces como tal. Ahora insiste en su función de eje universal remarcando que lo que hace, lo hace personalmente. Le importa un bledo la verdad, porque ni personalmente ha escrito sus memorias, ni el libro sobre diplomacia y la economía, ni la tesis cum laude original. (Perdón por lo de original).

Pero lo que realmente hace indigno al personaje es la utilización de la figura del Jefe del Estado; el Rey y yo…

Resulta que don Felipe VI compartió al ciento por cien, dice, su generoso gesto de someterse a una investidura para desatascar la situación parlamentaria en 2016.

Pero el no va más, el non plus ultra es la revelación de que “fue el Rey quien me desgranó la propuesta de Iglesias, que quería formar un Gobierno de coalición conmigo” ¿El Rey borboneando? Insólito primer ministro alimentado por una incultura enciclopédica (perdón por el oxímoron) o por el inconfeso propósito de cargarse la monarquía parlamentaria.

Cuenta que al no presentarse Rajoy a la investidura el Rey le telefoneó preocupado porque “la situación en la que quedaba el país era de bloqueo absoluto, pero además endosaba a la Corona la resolución de un escenario muy complejo”.

Desasosiego aliviado por su generosa respuesta: “Le di mi palabra de desbloquear las instituciones y él me lo agradeció muy sinceramente. El Rey estaba tan decidido como yo a romper el bloqueo institucional en que nos situaba Rajoy”.

Claro que el drama se torna en comedia al leer que “se fraguó entre Felipe VI y yo una relación de complicidad que superó, y sigue superando al día de hoy lo institucional. En aquellos días intensos, don Felipe y yo tuvimos la oportunidad de conocernos de verdad, en lo más personal, en una situación que ninguno de los dos buscábamos ni esperábamos, y en la que nos colocó la irresponsabilidad de otros”. EL Rey y yo…

Hasta la Reina entra en la función, “quería conocerme personalmente”. A mí, personalmente …

Al “Manual de resistencia” de este insólito personaje sólo le falta música; cerrar la última página con aquel «Shall We Dance?«, que Deborah Kerr y Brynner bailaban para concluir una historia de amor… imposible dadas las circunstancias.

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Por atún y a ver al Duque

Buscando la mejor compañía

Anuncia Inés Arrimadas un viaje hasta Waterloo para espetarle al loquito expresident que de república catalana, nada; que no cabe ser presidente de lo que no existe, y que su único título es el de fugado de la Justicia. Bien.

El viaje de la líder del primer partido catalán y su séquito ciudadano trae a la memoria aquel dicho de ir “por atún y a ver al Duque”, que desde hace siglos significa disimular las verdadero propósito de una decisión anunciando como primera intención lo que es secundario.

El padre Martín Sarmiento, un ilustrado benedictino nacido en Villafranca del Bierzo por el siglo XVII narra así el origen de la frase: “Cuando los señores Duques de Medina Sidonia residían en sus Estados y salían a divertirse viendo la pesca de los atunes en sus Almadrabas, concurría mucha gente, vasallos, y no vasallos de S.E., unos por verle, otros por obsequiarle, otros por todo; y casi todos por ver la pesquería, por comprar de camino algo de atún para su casa, o para traficar, así pues, debía ser la expresión: vamos a ver al señor Duque y de camino compraremos algo de atún.” Continue Reading

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Duelo por el Senado

La biblioteca del Senado a la espera de la solución del enigma

Buena parte de la campaña que nos cae encima se dirimirá en forma de duelo sobre el cisma catalán. El expresidente del diálogo ha comenzado a sobreactuar tachando de impresentables a los separatistas con los que se carteaba hasta hace una semana.

Todo iba como la seda, aparentemente, hasta que Iván le convenció de que su elección, las generales, tenía que adelantarse a las locales y europeas para evitar que recayera sobre él la responsabilidad de otro fracaso tal que el andaluz.

Como en la Casa Blanca, en La Moncloa el jefe de gabinete,  Iván Redondo, pinta más que la vicepresidenta, y Carmen Calvo tuvo que mandar ¡un tuit! no tanto para cerrar las puertas al diálogo como para abrírselas a un Sánchez travestido de Santiago matamoros cargando contra los rebeldes catalanes. Continue Reading

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Al servicio del País o el País a su servicio

Políticos al servicio del país

Hace treinta y ocho años Adolfo Suárez recorrió la corta distancia que media entre la Moncloa y la Zarzuela para reiterar al Rey Juan Carlos lo que ya le había comunicado la víspera, su dimisión. El amigo que le acompañaba, sentado a su izquierda en el Mercedes oficial, en vano trató de revertir aquella decisión; era irrevocable. Y pocas horas más tarde lo comunicó a la nación en mensaje televisado desde el despacho presidencial.

No era Suárez un político carente de ambiciones precisamente, como demostró antes y después de su paso por la Moncloa. El liderazgo formaba parte del núcleo de su ADN; la responsabilidad también, como demuestra aquella dimisión, un reflejo natural de vivir la política al servicio del país.

Resulta pertinente recordar la diferencia entre quienes viven la política al servicio del país y quienes ponen el país a su servicio. Al servicio del país o para servirse del país, un dilema de actualidad permanente. Continue Reading

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Mitin desde La Moncloa

Al cabo de ochos meses y medio en la cabecera del banco azul Pedro Sánchez, presidente saliente, aún no se ha enterado de que lo público es del público, como que el Falcon no es un Uber para ir de paseo. Hoy ha utilizado la sala de prensa de la presidencia del Gobierno de España para dar un mitin electoral como si aquello fuera la plaza de toros de Vistalegre. El personaje no tiene remedio.

Tampoco ha caído en cuenta de lo cortas que son las patitas de la mentira. En el largo mitin aprovechando las instalaciones del Estado como cosa propia, o como si no fueran de nadie que dijera su vicepresidenta Calvo hace catorce años, presumió de humilde y no supo sustraerse a la pulsión por mentir.

Y así fue desgranándolas una tras otra, hasta coronar el rosario con aquello de que los independentistas siempre han sabido donde está el Gobierno… “porque siempre hemos estado donde hemos estado”. Siempre, con la contumacia de la veleta. Si así hubiera sido, ¿a cuento de qué tanto diálogo, mediador, cumbres y demás con quienes sólo quieren hablar de autodeterminación? Continue Reading

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