Quizá el gran pacto del que este país está urgido deba centrarse en la corrupción. Hay otras cuestiones no menos trascendentes, o quizá más, como la vertebración autonómica, la revisión del sistema electoral o la administración de Justicia, pero serán más difíciles de abordar sin despejar previamente esa espesa capa de basura que todo lo contamina.
Algo ha hecho eclosión, lo cual tiene su lado positivo siempre que se llegue a tiempo de atajar la gangrena mortal. Pero el sistema no puede funcionar con todos sus mecanismos sometidos a sospecha. Sin confianza no hay salida.
Decenas de ingresados en prisión por la mayor estafa sufrida por los fondos públicos durante la democracia, los EREs de la Junta andaluza; las cuentas del partido en el Gobierno puestas en la picota por su antiguo tesorero; el ex deportista en puertas de juicio oral por habérselo llevado crudo utilizando su matrimonio con una infanta, la cortesana que hace la ola disfrazada de princesa alemana, y tantos casos más que acaban saliendo enredados unos con otros como cerezas de una cesta. Ahí están los sumarios del Campeón y de las ITV. De esquina a esquina, de la Galicia de Pepe Blanco, ex número dos socialista, a la Cataluña de Oriol Pujol Ferrusola, mismo rango en los convergentes, nada ni nadie parece a salvo del banquillo. Los tráficos de influencias más que una tentación se han convertido en carreras profesionales de acceso restringido a políticos con poder. Continue Reading ▶






