El paso del 2014 al 2015 marcará un antes y un después en la pequeña historia de nuestro tiempo. Las razones son muchas, tantas como cambios han venido sucediéndose en torno nuestro; de ellos es buen ejemplo el deshielo de las relaciones cubano norteamericanas.
Y también hay tantas como cosas quedan por cambiar. Algunas esferas han comenzado a hacerlo; ahí está la iglesia de Francisco, o de Carlos Osoro en España. Pero las inercias acumuladas son demasiadas como para que nuestra sociedad y la mayoría de sus instituciones se abran a las nuevas realidades.
Estamos comenzando a vivir un tiempo nuevo que no es precisamente el que anuncian los profetas de nuevas revoluciones, ese esperpento nacional de laboratorio que advierte que el futuro comienza en Grecia. ¡Menudo futuro el alumbrado por una banda de neocomunistas radicales cien años después de aquella revolución bolchevique sepultada bajo los escombros de un muro de sangre, cemento y vergüenza! Continue Reading ▶






