Hablando en serio: el soberanismo no está en el ADN de CDC, partido fundado por Jordi Pujol, el político que más tiempo ha administrado la comunidad catalana, y que hoy encabeza Artur Mas. Convergencia y Unió, su socio durante muchos años, han sido la expresión política de una burguesía nacionalista organizada políticamente para defender usos, costumbres y tradiciones, desde la lengua hasta el derecho privado, y muy específicamente sus intereses ante el Gobierno de la Nación.
Nada nuevo en esto último. La burguesía catalana supo actuar en la capital del Reino para procurarse favores, como la exclusiva del comercio con las Antillas en tiempos de Felipe V, o la prohibición de comprar tejidos foráneos que concedió Carlos III.
Desde ahí se consagró en los dos últimos siglos una política proteccionista de los intereses industriales catalanes, y vascos, cuyas consecuencias han pagado en términos de desarrollo Andalucía y las Castillas. Lamentablemente para todos no supieron aprovechar las ventajas de que dispusieron para saltar más allá del mercado interior cautivo con el que se conformaron.
Su dependencia de los favores del Estado era, y es, connatural con el cultivo de un nacionalismo de baja intensidad conflictual. Continue Reading ▶






