“Aquel que no está de acuerdo con los designios de sus vecinos, no debe entrar en alianzas con ellos” (Sun Tzu, “El arte de la guerra”).
No resulta fácil analizar el papel de Rajoy y los populares. Sobre ellos se acumula demasiada hojarasca como para conocer su estado ¿siguen vivos, aletargados, quizá agazapados a la espera de ocasión para saltar a la cancha?
Renunció a enfrentarse al proceso de investidura alegando que no contaba con los apoyos suficientes para formar un gobierno estable. Quince días más tarde volvió a dejar pasar la oportunidad de emprender el proceso para formar gobierno, oportunidad que le brindaba su liderazgo en el Congreso, aunque insuficiente, y su mayoría absoluta en el Senado.
Seguía en idéntica situación; la anunciada aspiración de aunar sus 123 diputados con los 90 del PSOE y los 40 de Rivera no había dado un paso en firme. El reparto de culpas es tan estéril como esperar que ese tipo de conciertos, la gran coalición, se pueda lograr a través de conferencias de prensa, a la vista de todos y en directo.
El streaming vale para mostrar el resultado del acuerdo tejido entre bastidores y para nada más. No hay fuerza política capaz de someter al público, y en directo, sus avances y retrocesos en un proceso de negociación que, inevitablemente, comporta concesiones por parte de todos. Ni siquiera la que dice controlar Iglesias, por la sencilla razón de que él no busca acuerdos sino que el proceso descarrile para culpar a los demás. Continue Reading ▶






