El cierre del debate general sobre la Nación puso en evidencia algo tan sabido como ignoradas son sus consecuencias: falta el consenso preciso para resolver el follón montado el señor Mas y sus amigos. Ante el secesionismo, los representantes del pueblo soberano mostraron cuatro facetas bien diferenciadas.
Unos pidieron la adhesión al referéndum que la Generalitat acordó por mayoría. Una consulta a los ciudadanos catalanes y catalanas para que puedan decidir su futuro. Así rezaba la propuesta ignorada por una inmensa mayoría pese a la fuerza encerrada en eso de: “los ciudadanos catalanes y catalanas”. Pero, sobre todo, ¿seguirían pensando acaso que aún gobernaba el país aquel Talleyrand de vía estrecha, leonés nacido de Valladolid, que hace diez años y medio dio alas al problema con su solemne pronunciamiento en el Palau Sant Jordi: “Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán”?
Otros, una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional para ver cómo meter lo del Estado Federal, entre otras cosas, pensando que con ello satisfaríanse los secesionistas y mantendría en pie su franquicia catalana. Los socialistas también se quedaron bastante solos y tuvieron que soportar alguna broma con sus pasos adelante y atrás sobre la cuestión del referéndum. Continue Reading ▶