Universitario presentando on line su TFG.
Imponer la excepcionalidad de un estado de alarma hasta el mes de mayo es una barbaridad. Sin paliativos. De momento, el mero anuncio de tal despropósito bastará para que las empresas turísticas pongan sus huevos en otras latitudes. Como si el sector servicios no fuera la principal industria del país.
Pero además hay otros factores que revelan la sandez gubernamental. Porque ni ellos mismos creen que tales limitaciones puedan llevarse a cabo. Por eso se desdicen de pronto para dejar el muerto en manos de las C.A. No hay cuerpos de seguridad suficientes para tener embridados a millones de ciudadanos durante medio año. La virtualidad del toque de queda nocturno habría de quedar en manos de una legión de chivatos, al estilo de los CDR cubanos. Un comisario por bloque, manzana de chalés o barrio rural. ¿Realmente va por ahí el progreso?
Por no hablar de los derechos cercenados con esa y demás medidas contenidas en el decreto fantasma que el jueves desvelará el filósofo encargado de la sanidad nacional. La carta de ciudadanía es demasiado valiosa como para jugarla en manos de villanos.
Los derechos inherentes a la condición de español, desde el de libre circulación hasta el de educación, pasando por el de la propiedad y el del control de los gobernantes, no se enajenan sin procedimientos muy tasados; los pautados en la Constitución.
Las mayorías de aluvión, como la que está pervirtiendo el sistema, no tienen el peso ni la legitimidad suficientes para ello. Podrán hundir la nave ya varada por sus torpezas, arruinar sus recursos, convertir a los supervivientes en súbditos mantenidos por deuda pública, etc., en ello están.
Los ciudadanos merecen algunas explicaciones. Por ejemplo, sobre la razón que induce a este gobierno a subir los impuestos cuando en el resto de la Unión se rebajan. Gasto social, dice el comunista del moño recogido, pero ¿de verdad es social aumentar el sueldo de los funcionarios públicos, únicos ciudadanos con trabajo estable, mientras caen en paro millones de compatriotas?
También algo de social debieron de ver las huestes de la coalición cuando votaron subir sus remuneraciones en las Cortes antes de que su poca vergüenza les hiciera rectificar con una segunda votación.
Por ejemplo, ¿sabrán estos arbitristas que de donde no hay nada se puede lograr, que de la gallina no pueden sacarse más huevos de los que tiene, que la inversión es el único carburante de la economía y que sólo quien tiene ahorros puede invertir?
Y hablando de cosas tan serias, o más, ¿qué nivel cultural, científico o social pretenden conseguir con una juventud sin más mérito ni conocimientos que el de ir de curso en curso sin reparar en su cualificación? Una sociedad sin educación no tiene futuro. La formación a distancia no puede ser un pretexto. Pese a ella hay estudiantes ejemplares que derrotan a la política educativa.
Sin conocimientos, sin técnica, sin investigación ni capacidad emprendedora, España está abocada al tercermundismo. A lo mejor es de lo que se trata. Perdón, a lo peor.
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