Si nos ofendéis, ¿no nos vengaremos?

Así nació hace un año la coalición populista que hoy defienden golpistas y ex terroristas.

Contra natura nació hoy hace un año la coalición de progreso. Las tropelías populistas están llegando a ser inaguantables. Ni a su colega norteamericano se le han ocurrido barbaridades tales como crear una comisión gubernamental para censurar la información, o que los ciudadanos de Texas, Florida o California puedan o no estudiar en inglés; y ha tenido cuatro años para hacerlo. En otros terrenos ha ido del bracete con los de aquí, casos del uso y abuso de la mentira como plataforma de poder, y la negligencia ante la pandemia.

El showman teñido de rubio terminará desalojado de la Casa Blanca por el servicio secreto que hasta ahora le protege. De momento, su vicepresidente se ha tomado unas vacaciones, quizá visto cómo se las está gastando Potus en sus horas finales. Despide a abogados, portavoces, hasta ministros y quizá pronto, a su tercer director del FBI. A golpe de tuit. Es la fuerza desencadenada de un populismo que ha prendido en setenta millones de ciudadanos, un 47 por ciento de los votantes.

¿Se imaginan que aquí termináramos así? Para echarse a temblar. Pues ese es el escenario que están montando, hombro con hombro, Sánchez, Iglesias, Rufián y Otegui, cuarteto estelar secundado por tontos útiles que no siempre lo parecían.

Impedirlo significa truncar que se cumpla su objetivo: la demolición del sistema de libertades que hace posible el progreso y la igualdad de oportunidades de la gente. A fuerza de proclamarlo, los golpistas tratan de inducir la aceptación de su proyecto como si ya fuera realidad. Así nacen las profecías autocumplidas, aquellas cuyo anuncio se convierte en parte de la situación y termina condicionando el futuro.

Caso tópico: ante el rumor de que un banco está al borde de la quiebra -falsedad objetiva- sus depositantes acuden en masa a rescatar su dinero… y se produce la quiebra efectiva del banco.

Por pasiva, del Reino de España a la RPFE: la República Popular Federal Española…  o de los pueblos ibéricos, vaya usted a saber.

Desde el sentido común la defensa del sistema, la normalidad, se hace muy difícil. Normalidad significa que quienes la cultivan, defienden y practican no rompen el juego ni cambian sus reglas en medio del partido, no ponen pies en pared, no paran la vida de una nación y siguen pagando sus impuestos como cumplen con el resto de las leyes; significa que no valen para plantarse como lo hacen los otros.

Viene a cuento aquel monólogo de Shylock, el judío de Shakespeare que Lubitsch toma en su genial comedia “Ser o no ser” para preguntar al Hitler que aplasta Polonia:

“¿Por qué nos ataca? ¿Por qué? ¿No somos humanos? ¿Es que no tenemos ojos, manos, órganos, sentidos, proporciones, afectos, pasiones? ¿No nos nutre la misma comida, nos hieren las mismas armas, estamos sujetos a las mismas enfermedades? ¿Curados con los mismos remedios, calentados y enfriados por el mismo verano e invierno? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos? Si nos envenenáis, ¿no nos morimos? Y si nos ofendéis, ¿acaso no nos vengaremos?”

Pues eso.

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Trump, Iglesias y Biden

Aquí alguien también dirá un día: «es hora de sanar las heridas del país» 

El mal ejemplo de Trump cala en los albañales populistas, de uno y otro extremo. Ahí está Pablo Iglesias, cargando contra el Gobierno que vice preside por haber salvado la vida de Leopoldo López. Dice el comunista bolivariano que lo que su gobierno tiene que hacer es seguir los pasos de Zapatero, ese es “el camino que tenemos que seguir los demócratas.”

Lo de nosotros los demócratas suena a lo “he ganado, y de lejos” que sigue bravuconeando el showman de pelo teñido después de haber perdido por más de cuatro millones de votos y haberse estrellado contra el muro de los 270 compromisarios.

Pero por si no bastara, el vicepresidente de Sánchez se regocija de que su jefe ¿? haya recibido al demócrata venezolano en Ferraz y no en La Moncloa; en la sede de su partido y no como presidente del Gobierno. La capacidad de esta tropa para desdoblar sus personalidades resulta admirable. Continue Reading

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Cosas que no pueden ser, pero son

Matrimonio feliz en el mejor de los mundos…

No puede ser que, al servicio de los intereses del Gobierno y de sus partidos, se manipule la administración de Justicia. No puede ser que el paso del tiempo provocado por cambios de responsables y la parálisis de una jueza causen la prescripción de los hechos objeto de causas como la de los ERE socialistas. Más que vergonzoso es criminal. Ante lo ocurrido, la fiscalía, brazo armado al que se pretende confiar las investigaciones judiciales tendría que intervenir de oficio.

Pero qué vamos a esperar de una fiscalía tomada al asalto para proteger las espaldas de este singular gobierno de progreso. Cuando las encuestas detectan un punto caliente, suelta un señuelo para distraer la atención. Es el caso de las pantallas de humo, o las contramedidas usadas por los aviones para desviar un misil en el aire.

Rápido, que el personal está a punto de ebullición por el despelote gubernamental ante la segunda ola de muertes y contagios, la hartura por la falta de criterio para atajarlo, la amenaza de volver a ser confinados domiciliariamente y, sobre todo, ante la elusión de responsabilidades por parte de quien está al mando. Y entonces, para que salga a la luz, se traslada de instancia la investigación sobre los regalos de un amigo mexicano del anterior jefe del Estado.

No puede ser el empeño de la presidencia del Gobierno en cercenar las libertades. Es el estado de excepción, que eso es lo que significan los meses de alarma decretados saltándose la previsión constitucional de su revisión cada quince días. Estado de excepción o golpe de estado.

No puede ser que una Comisión Permanente gubernamental se erija en garante de la verdad. Lo dice una orden ministerial que pretende defendernos de la desinformación. ¿Verdad, desinformación, pero en qué país vivimos; Venezuela?

No puede ser que, con lo que está pasando, tontos útiles busquen el abrigo del poder simulando exigencias, que realmente no lo son, concediéndole unos peniques de imagen con su apoyo a los PGE.

No puede ser que, al abrigo del secuestro del parlamento, una enmienda a la ley Celáa  se cargue la definición constitucional del castellano como lengua oficial del Estado. Se lo han brindado los socialistas a golpistas y separatistas a cambio de su adhesión a esos presupuestos.

No puede ser que en contra de la comunidad internacional, que vive similares circunstancias, de autoridades independientes, como el Gobernador del Banco de España o del Central Europeo, del criterio de expertos reales -es decir, con nombres y apellidos- y de la propia vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Sánchez e Iglesias sometan al país a ese sindios.

No puede ser la graciosa concesión de favores a amigos, amigas y mediopensionistas con cargo al dinero público, o de públicas empresas. La nómina de enchufados se ha visto incrementada con la inclusión de la pandilla juvenil de Su Persona.

Y el ridículo de aceptar su mujer cargos sin la titulación precisa, cargos que instituciones tan presuntamente serias y escrupulosas como la Universidad Complutense se ven obligadas a corregir, matizar, etc. es más propio del saliente presidente norteamericano que de un primer ministro español.

No puede ser, pero está siendo

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Biden salta los 270

La ficción era más amable que la realidad. Téa Leoni/presidenta Elisabeth MCCord en Madame Secretary

Con tres millones de votos populares de ventaja, la candidatura demócrata está ganando la presidencia, al menos por un voto;  los 270 necesarios de los compromisarios ya estarían confirmados  si su rival no estuviera entorpeciendo el proceso a golpe de impugnaciones. Y es que salir de la Casa Blanca puede costarle demasiado caro ante los tribunales.  Cosas de la primera democracia del mundo. El sistema norteamericano es realmente extraordinario. Dos candidatos impresentables se han enfrentado para dirigir la política mundial, cosa que entra en las responsabilidades del presidente de los Estados Unidos.

Pese al cesto de votos conseguido, la reelección del showman neoyorkino ha fracasado no tanto por mérito de su oponente como porque más americanos han decidido que con cuatro años ya han tenido bastante. No ha ganado Biden, sino el partido demócrata, a pesar de su candidatura presidencial. Ahí están los votos populares y la encuesta en que los votantes pro demócratas confesaban que más que por su candidato votaban contra el otro. Continue Reading

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Tontos útiles

Lo de ir por lana y salir trasquilado ya lo escribió Cervantes.

Mientras resulta útil el compañero de viaje es bien tratado; de él se pondera su disposición dialogante, su apertura de miras y realismo. Quien lleva las riendas le distingue de quienes tacha de extremistas y de fachas o rojos, según quién emita los certificados de buena ciudadanía.

Pero en cuanto su asistencia se hace innecesaria, cuando ya no son indispensables sus favores, sobre el tonto útil cae la del pulpo. El desprecio que, en el fondo siempre sintieron por él los beneficiados de su lacayuna asistencia, aflora para sorpresa del tonto y mofas de los demás.

La expresión fue muy utilizada en los largos años de la guerra fría en que desembocó la caliente de mediados del siglo anterior; los mismos del franquismo aquí dentro. En el mundo occidental los compañeros de viaje eran siempre cripto comunistas o simpatizantes con el mundo soviético. En el nuestro, aquí mismo, la cosa era poliédrica; los tontos útiles de entonces eran acusados de estar subyugados por el comunismo, la masonería y los judíos; las tres cabezas del can Cerbero con el que aquel régimen metía miedo al personal. Continue Reading

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El Ausente, versión 5.0

Sitial del Ausente durante en el pleno del estado de alarma.

Sánchez no tenía en su agenda actividad ninguna en la mañana después de las 9, hora en que iniciaba el pleno del Congreso. Asistió como oyente al comienzo de la sesión a cargo de su ministro de Sanidad que presentó lo del estado de alerta. Pareciera como que a Su Persona le diera un no sé qué defender el trágala que volvió a imponer la mayoría de aluvión que le sostiene. Y se fue.

Por la tarde, sólo dos espaciadas actividades más. Recibió a Grynspan, la secretaria general interamericana, en uno de los tresillos de la residencia presidencial. Y dos horas después de atender a doña Rebeca se enchufó a una videoconferencia del Consejo Europeo. Y eso fue todo.

Dadas las circunstancias, es natural que el presidente necesite tiempo para el descanso y cuidado de su salud, incluso más del consumido en las largas y soleadas vacaciones de las que volvió hace poco más de un mes. Continue Reading

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