La auténtica paga extraordinaria del funcionario no es la de Navidad que este Gobierno anuló el pasado año dentro de otras medidas de austeridad, como la subida de impuestos. No; la extra de los funcionarios es que son funcionarios. Lo que quiere decir que los tres millones que cobran del Estado saben que seguirán haciéndolo hasta su jubilación, muerte o inhabilitación, cosa difícil y en todo caso justificada.
El resto de los activos que en este país tienen la buena estrella de disponer de un trabajo, sea autónomo o por cuenta ajena, está al albur de eso llamado “el mercado”. De un sinfín de mercados, desde el financiero al agrícola pasando por el industrial o los servicios; en todo caso, todos sometidos a las disponibilidades del personal y los vaivenes de los ciclos mundiales. De ahí salen y ahí volverán a entrar los trabajadores que no tienen la seguridad que protege a los funcionarios. Continue Reading ▶






