Detenerse a opinar sobre la tal señora Armengol, tercera autoridad del Estado, de verdad; o sobre los magistrados Marlasca y Robles, pillados entre las batientes de puertas giratorias, el cancerbero Conde Pumpido y el fiscal general reprobado por el parlamento por hacer lo que le viene en gana, incluso sobre Bolaños, no merece la pena. Está todo dicho y sabido.
A mi me recuerdan todos ellos a las vedettes, boys y vicetiples que hicieron de la revista musical una de las aportaciones históricas del genio español a la humanidad. Como el botijo, la fregona o el chupachup; bueno, y también el submarino y el autogiro. Continue Reading ▶