Sánchez en la puerta de La Moncloa anunciando el final
Sánchez no tiene remedio. Golpeado ayer por la mayoría de los españoles en las urnas, reacciona convocando nuevas elecciones. Quiere una nueva ronda; como los malos estudiantes, busca la repesca pero ya, cuanto antes.
¿Qué cabe esperar del tipo que en una elección interna mandó poner en su propio partido una urna tras la cortina? Esta mañana ha confirmado su alergia a la democracia representativa, a las reglas del juego limpio, al respeto por los ciudadanos.
Se ha atrevido a protagonizar el primer spot comercial de la nueva campaña magnificando los logros del gobierno frankenstein. Y a mentar los intereses generales como motor de una decisión personal, comunicada el Rey como quien anuncia la ceremonia de graduación de una sobrina.
Cierto es que los cálculos de sus múltiples consejeros, asesores, gurús, gabinetes y del tendejón que regenta Tezanos en la madrileña calle de Montalbán vienen fallando más que las escopetas de feria, lo que induce a suponer que el tiro le saldrá por la culata.
Habrán supuesto que constituirán un elemento clave de la campaña hoy iniciada las negociaciones que los populares de Feijóo mantendrán con la, por sus terminales, denigrada extrema derecha de Abascal. Y simultáneamente, que arrojando por la borda el lastre de los podemitas de Iglesias y el estéril experimento de Díaz, su PSOE renacerá como Fénix de las cenizas antes de que le plante cara un tal García-Page.
Audacia no le falta al personaje, aunque no la suficiente como para librarse de derrota tras derrota en las urnas. Es lo que tiene enfrentarse sin intermediarios ante la ciudadanía, como el torero sobre la arena de la plaza. Mayorías ha comprado sin mirar en gastos; desde leyes intuito personae a indultos, blanqueamientos y tratos de favor, etc. Pero cuando se enfrenta a la gente…
Le han descubierto. Hay quienes dicen que esto va de España, y pienso que tienen razón. El abuso de poder, el sometimiento de las instituciones, la independencia respecto del ejecutivo de los poderes legislativo y judicial, la ocupación del tribunal de garantías para hacer irreversibles sus actuaciones, el frentismo como arma dialéctica y, sobre todo, el hecho de no gobernar para todos los españoles desalojará este pato cojo de la Moncloa durante lo que iba a ser su semestre de gloria con la presidencia española del consejo de la UE.
Adiós Sánchez, adiós. Fue bonito mientras duró o, como dejó escrito Tomás de Kempis, sic transit gloria mundi.
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