El presidente sí tiene quien le escriba.
Brillante final el de la presidencia de turno que el doctor Sánchez está cerrando en las sedes de la UE. En el Parlamento, ladridos. No es metáfora, la realidad es que allí irrumpió un perro… y ladró, claro.
El español que ejerció de titular de tan luminosa presidencia no pudo presumir de haberse alcanzado ni un solo objetivo. La razón es bien clara: objetivos no los había, nunca los hubo, ni se presentó a la sesión de apertura de la cámara.
El dato no es novedoso: suele cuidar muy mucho su presencia en los momentos en que se asumen compromisos. Aquí ha dejado dos momentos estelares: su escaño vacío en la reforma de la ley podemita del “sí es sí”, ocaso de la anterior legislatura y, ayer mismo, en la toma de consideración por la cámara de la ley de amnistía.
Por no conseguir, ni el compromiso con Puigdemont sobre las lenguas regionales. Se ve que Europa no traga con la facilidad de nuestro Congreso.
Difícilmente olvidará su última sesión en el parlamento europeo . Con el mismo savoir faire con que zahirió a Netanyahu hace unas semanas, ayer se enfrentó a Weber: las relaciones entre el PP y VOX, para que lo entienda vino a decirle, es como si usted se aliara con los que quieren volver a poner los nombres de los líderes del III Reich en las calles de Berlín.
con el amable símil de que lo del PP y VOX es tanto como si él se aliara con los que quieren devolver a las calles de Berlín los nombres de los líderes del III Reich.
Naturalmente, el líder de los populares europeos, partido mayoritario en la cámara, reaccionó con la inteligencia propia de un político: “le recuerdo, señor Sánchez, que en mi país los socialdemócratas y los democristianos nos sentamos para llegar a acuerdos, y que usted rechazó eso y prefirió a los extremistas«. Y no le recordó la entrega de Pamplona a los bilduetarras que se estaba produciendo a esas horas.
No paró ahí la cosa. “Usted mañana, en Bruselas, saludará a Donald Tusk, nuevo primer ministro polaco, que traerá de nuevo el Estado de derecho a Polonia tras muchos años de extremismo de derechas, y del mismo modo que estamos devolviendo el Estado de derecho a Polonia, lo devolveremos a España después de usted«.
En fin, debió de salir escaldado.
Así es el personaje, valiente como pocos y siempre con la verdad por delante, ¿o no? Y con tiempo para escribir dos libros, dos, desde el banco azul. ¿Qué más queremos del hombre al timón?
Su negra de cámara le hace reflexionar en primera persona, sobre asuntos que delatan su pulsión por controlar los contrapoderes de las democracias. Del sistema judicial está todo dicho, del legislativo qué vamos a decir después de ver a 180 representantes del pueblo español votar lo que repugna a la mayoría de ellos mismos. Y del llamado cuarto poder, aquel sobre el que Jefferson dijo algo así como prefiero periódicos sin gobierno que gobiernos sin periódicos, el doctor lo dijo todo al nombrar presidente de la primera agencia de noticias española a su exdirector de comunicación.
Porque como en el segundo libro que lleva su firma, “Tierra firme”, la negra le hace decir, “nuestro país tiene un problema de pluralismo periodístico. La España progresista no está representada en los medios de comunicación de acuerdo con su dimensión y su peso social. Esto genera un clima de opinión que no recoge con fidelidad la realidad de España. Creo con firmeza que el periodismo resulta esencial para la democracia”. Cristalino: la fuente de información de todos los medios españoles, en su mano.
Pero, en fin, vayamos a lo que ha ocupado el pensamiento del todavía presidente de turno de la UE. Tierra Firme tiene un capitulito bajo el epígrafe “Lo que el feminismo ha hecho por los hombres”. De la altura de pensamiento y belleza de su prosa dan cuenta las líneas que siguen:
“Creo que no enfatizamos suficiente lo que el feminismo ha hecho por los hombres. Soy una persona muy familiar e intento pasar todo el tiempo posible con mi familia… Hay que transmitir constantemente a los nuestros cuánto los queremos; es algo que nunca se dice suficiente… A los hombres de hoy el feminismo nos ha dado acceso a ese universo de afectos, y a compartir con nuestros hijos y nuestras parejas momentos especiales. Con Begoña comparto la afición por el deporte. Nos gusta salir a montar en bici juntos, dar un paseo por el campo… ambos somos aficionados a leer y nos gusta conversar sobre nuestras lecturas.”
Suficiente ¿cierto? Ni respeta las reglas gramaticales.
Leave the first comment ▶