Indigno

Presidente en la sombra con telemando desde Waterloo.

El Congreso de los diputados se sumergió ayer en el proceloso piélago la chapuza. Torpezas en las votaciones – ¿cómo juzgar el “error” al emitir sus votos del secretario de la cámara responsable, precisamente, del control de los escrutinios? -, retrasos provocados para alcanzar las bendiciones del genuino presidente en la sombra, el prófugo en Waterloo; nuevas cesiones a los golpistas contra los intereses generales y las carteras de los españoles, y sobre todo ello, el desprecio continuado a las reglas de juego a cargo de un gobierno indigno.

Infame, despreciable, deleznable, detestable, abyecto, ruin, rastrero, vil, indecoroso, deshonroso, y vergonzoso son sinónimos del término indigno, según la RAE. ¿De todos ellos, con cuál se quedaría usted para calificar el episodio que ayer sufrió nuestra democracia parlamentaria?

Cuarenta y siete millones y pico de europeos están hoy sometidos a las horcas caudinas de un aventurero de la política, pagado de sí mismo con arrogancia semejante a la que irradian otros estrafalarios personajes como Trump o Maduro; la misma que elevó a los altares de la progresía sesenteañera a Castro, por ejemplo.

Es indigno el presidente del poder ejecutivo que, aun teniendo aherrojada una mayoría del legislativo, le hurta la capacidad de debatir sus propuestas, obligando a los diputados a pronunciarse sin matiz alguno: blanco o negro, sí o no. Eso es el decreto-ley; su utilización sistemática, un trágala.

El instrumento legislativo para casos extremos, cuya urgencia permite sortear el juicio de órganos institucionales creados al efecto, es utilizado como la guillotina que hace más de dos siglos puso el punto y final del antiguo régimen en la francesa plaza de la Concordia.

El chalaneo para la compra de siete votos, siete que representan el uno y medio por ciento de los españoles, es abyecto. Como terminará siéndolo el juego político nacional mientras no haya un común denominador cultural entre sus participantes, más allá del respeto por el pluralismo de las ideas. Ayer la portavoz de los golpistas catalanes decía que ellos se deben a Cataluña… Así nunca habrá forma de entenderse, por millones de euros que lluevan al otro lado del Ebro.

El juicio que todo ello mereció a Sánchez, “bien está lo que bien acaba” es simplemente despreciable. Un Gobierno sometido al chantaje permanente de sus socios ha comenzado su mandato con la derrota más sorprendente. Los restos de Pablo Iglesias se han cobrado un pellizco del muro progresista con mejor suerte que la del usurero Shylock al querer cobrarse el impago de un préstamo con una libra de carne del propio deudor. Cosas de Shakespeare.

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Posted miércoles, enero 10th, 2024 under Política.

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