Y Casado ganó el partido

Como no podía ser de otra forma: no a la moción

 

Un tiro por la culata. En eso quedó la moción ideada por Vox con el único objetivo de ganarse una mejor posición en la pole de la parrilla política. El resultado fue inverso al esperado por sus promotores. Abascal cayó noqueado, y no por Sánchez, el presidente objeto de la censura, sino por Casado, la diana real del disparo fallido.

Decía hace años un conocido banquero que las OPAS se lanzan para ganarlas; como las mociones de censura, previsión constitucional para desalojar “por mayoría absoluta” a un Gobierno durante su mandato. La ventilada ayer ni soñaba con esa mayoría ni presentaba programa alguno. Era, simplemente, un abuso de las reglas de juego. Y en circunstancias como las que este país está sufriendo, una estupidez.

La primera jornada no deparó novedad alguna. El candidato a la presidencia, tronitonante; el formalmente censurado, más tranquilo que las aguas del estanque del parque del Retiro; el resto, comparsas de una política alérgica a los intereses generales de los ciudadanos, salvo matices introducidos por Oramas, Arrimadas y Quevedo.

Pero en la segunda se produjo el nacimiento de un nuevo panorama. Del centro derecha surgió un líder capaz de desarbolar los mástiles de los destructores cuyo fuego cruzado, desde babor unos y el otro desde estribor, vienen haciendo imposible cualquier entendimiento civilizado, la concordia.

No era novedad que el líder del PP es un parlamentario brillante, pero a propios y extraños sorprendió la fuerza con que se empleó para desmontar el embeleco de un grupo parlamentario que conduce a la derecha española más primaria a un populismo barato, como la Agrupación Nacional de Le Pen en Francia, o la Alternativa para Alemania de Meuthen.

En contra de lo que algunos pudieran haber esperado, Casado centró su discurso inicial en el asunto que se debatía, que no era el desastroso gobierno de coalición sanchista-bolivariano, sino la moción presentada por Abascal. El NO con que cerró su despliegue dialéctico quebró el statu-quo del mapa político.

Por vez primera, Sánchez seguía atento la intervención del líder popular, posiblemente cavilando sobre la jugada que éste estaba trenzando para despegarse de su socio en algunos gobiernos regionales; quizá pensando en cómo hacer él algo similar respecto a sus colegas comunistas. De intentar recorrer esa vía, que podría desembocar en una reformulación del bipartidismo, el sistema se afirmaría y la política iría mucho mejor para los españoles.

Pero fue en sus réplicas, tanto al candidato de la moción como a Iglesias, donde sin papeles por delante, el vigor de su oratoria descubrió una coherencia y firmeza de convicciones muy poco frecuentes en las últimas décadas de nuestro parlamento. El desistimiento del asalto al poder judicial anunciado por Sánchez al término de la sesión coronó la jornada del triunfador del partido.

He aquí un líder”, tituló su columna una veterana periodista. Y el director de otro medio concluyó su comentario afirmando que Casado dio ayer “Un paso clave para llegar un día a la Moncloa”.

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Posted jueves, octubre 22nd, 2020 under Política.

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