Celopatías y coaliciones

Líderes de la mayoría de gobierno de la Comunidad de Madrid.

La lealtad no es valor de curso legal en la política de esta democracia partitocrática sobrevenida.

Pese a que en el seno de la llamada coalición progresista la convivencia apenas tiene tres meses de vida ya se cruzan descalificaciones con ánimo insultón. Todo tiene pinta de que aún no han alcanzado a consumar lo que el 7 de enero ratificaron con tantas prisas como si un penalti les hubiera condenado a la cohabitación.

Muy oportuno el empeño de los podemitas en sacar adelante lo de las precauciones y demás condicionantes en lo sexual que toda pareja ha de certificar antes de entrar en materia. Natural. Muy pronto vendrán un par de disfunciones más en otros ámbitos quizá no tan irrelevantes como este para los españoles.

Es lo propio de la partidocracia, especie degenerada de la democracia representativa en la que los representantes no hacen puto caso de sus representados.

Que la barcaza progresista navegue bien está, guste o no, si cuenta con las licencias oportunas, como es el caso por inestable que sean sus poderes, pero que llegue a encallar apenas iniciada la travesía es un sinsentido, y su responsabilidad achacable a sus navegantes.

Que Pablo y Carmen, o Robles y Montero se enzarcen a manotazos por hacerse la foto con el timón en sus manos no tendría importancia si la caña en cuestión fuera la de un barquito de juguete flotado en la bañera, pero no es el caso. Podemitas y sanchistas están ahí mandatados por unos ciudadanos para gobernar para todo el país.

En la orilla de enfrente parece que algunos nativos aún no se han enterado de la película para la que han sido contratados y siguen mirándose al espejo a la búsqueda de qué pose adoptar para salir más altos y guapos en la pantalla. ¿Caerán en cuenta de que sin su trabajo no habrá película?

Unos porque tienen encima un congreso en el que no saben cómo salir de su decaimiento y otros por todo lo contrario, colgados de un repelente fundamentalismo populista, ambos están haciendo estéril la labor que tienen encomendada: resolver problemas reales de la gente.

Lo ocurrido ayer en la Asamblea de la comunidad madrileña demuestra que la idiocia no es exclusiva de ningún bando. Por un quítame allá esas pajas, la ley de rebajas fiscales para bonificar a familias con dependientes a su cargo, a menores de 30 años que compran una primera vivienda y a estudiantes en los créditos de postgrado, ha caído víctima de la falta de entendimiento entre Ciudadanos y VOX. Unos por otros, la casa sin barrer.

¿Profundas diferencias ideológicas? Ca… El proyecto estrella de la popular Díaz Ayuso estaba acordado con el ciudadano Aguado, su socio de gobierno; los populares negocian con Vox la retirada de su enmienda; VOX pide a C’s una reunión para cerrar la mayoría parlamentaria pero, ay, los ciudadanos no responden. Desenlace: los populistas mantienen su enmienda a la totalidad a cuyo resultado se suman con fervor los progresistas siempre ávidos de subir impuestos.

La portavoz de VOX espetó al líder de Ciudadanos: “Usted quería ser presidente de la Comunidad y no le ha salido, y ahora quiere brillar en solitario”.

Moraleja: los celos hay que dejarlos colgados en el vestíbulo antes de entrar en la alcoba.

Compartir entrada:
Posted viernes, marzo 6th, 2020 under Política.

Leave a Reply