El síndrome fake news

 

Y ahora, la vicepresidenta

A Carmen Calvo no le gusta lo que ve ni lo que oye a través de los medios; el síndrome Trump. Fake-news. Y pide “intervenir” la información dentro, claro está, de un marco europeo. Porque la gente, dice, se siente «invadida y bombardeada constantemente con información, con noticias evidentemente falsas, con toda una avalancha por diferentes vías«.

Para que la señora vicepresidenta se adentre por ese berenjenal debe de estar refiriéndose a lo que todos los medios, todos, cuentan y no acaban de algunos ministros del Gobierno. ¿Noticias “evidentemente falsas” causaron la expulsión de dos miembros del gabinete Sánchez?

¿Acaso no burló a la Hacienda pública el ex Huerta? ¿Acaso no adornó sin tino su currículo la ex Montón? ¿Acaso Lola Delgado no ha mentido reiteradamente después de haber tildado de maricón a su compañero Marlasca? ¿Acaso no tiene alojado en una sociedad instrumental su patrimonio inmobiliario el ministro Duque? Y, sobre todo, ¿es que la tesis cum laude del doctor Sánchez no contiene ene plagios, que llegan a lo tragicómico en el libro que editó sobre ella?

Por favor, un poco de seriedad, señora vicepresidenta. La profesora de derecho político que usted dice ser no puede caer en la tentación de “intervenir” la información y pedir su regulación. Usted debe saber, y si no estudie, cómo los Códigos Civil y Penal, como se hace en todo el mundo civilizado, protegen a los ciudadanos de esos bombardeos de noticias falsas de que usted habla.

¿Regular la información? Esa pulsión, propia de personajes como su socio Iglesias Turrión, no lo es de ningún socialdemócrata. Ya está suficientemente regulada; lo que el ejecutivo puede hacer es aplicar la legislación vigente y hacer que las leyes se cumplan. Claro que si no lo hacen en Cataluña…

Lo peor es que en la misma onda se produjo el doctor Sánchez camino de Los Ángeles, siempre con la presunta primera dama al lado, como si jugara a presidente de República. «El juego de las noticias falsas, esas fake news, no están ayudando a reforzar nuestra democracia«, dijo, como si no fueran los disparates de su Gobierno lo que está erosionando la confianza de los españoles en la democracia. Hasta el CIS de Tezanos lo reconoce.

La profesora Calvo se aprendió lo del derecho constitucionalmente protegido “a comunicar o recibir información veraz”. Lástima que no acabara de estudiarse el mismo artículo, que a continuación determina que el ejercicio de ese derecho “no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.

En todo caso su pensamiento queda nítidamente reflejado en el comentario siguiente: “La obligación de la veracidad es la que da sentido a este derecho, sino no tendría que existir”. ¿No tendría que existir el derecho a la información? sin comentarios.

“Estoy a favor de la libertad de prensa y contra toda violación de la Constitución para silenciar mediante la fuerza y no la razón, las quejas o críticas, justas o injustas, de nuestros ciudadanos contra la conducta de sus gobernantes”. “Prefiero una prensa sin gobierno que un gobierno sin prensa”.

No, el pensamiento no es de estos; lo dejó escrito Thomas Jefferson, el padre de la primera democracia.

Compartir entrada:
Posted viernes, septiembre 28th, 2018 under Política.

Leave a Reply