Es hora de patriotas

¿Y si estuviéramos equivocados y el problema fuera España? Cataluña, los antisistema y otras desgracias nacionales son síntomas, indicios que hacen pensar en que las cosas no van como estaba escrito. Seguramente porque lo escrito no ha podido seguir la marcha de la realidad. A la Nación se le quedó estrecho el Estado.

La sociedad ha estado viviendo confiada en que alguien, acaso el paso del tiempo, acabaría por resolver los problemas. Para eso están los políticos, pensaba el común, pero no; a lo que demasiados están es a trepar hacia el poder sin pararse en mientes. El país, su partido y todo lo demás parece importarles un rábano. Todo lo sacrifican en el ara de su ambición personal.

Los españoles han comenzado a removerse hartos de tanto fuego fatuo y ávidos de propuestas concretas. ¿Acabarán tomando conciencia de que el problema radica en su propio terreno, en la sociedad de la que salen sus representantes?

Meses perdidos perorando sobre el ser de España, como si hubiera que reinventar la Nación que nos ha legado la Historia en vez de atender a sus desajustes para ponerla en hora.

Los desafíos no son hoy sustanciales como cuando los españoles luchaban por la unidad de los reinos, la ambición del imperio o por la democracia. Lo consiguieron sin que ningún oráculo les dictara aquellos afanes que acabaron por moldear nuestro presente.

Hoy los problemas son de ordinaria administración. Vitales algunos, como la Educación, y otros urgentes, como la organización terriorial del Estado.

Resolver cuestiones de esa naturaleza no resulta sencillo. Sumar visiones distintas y voluntades beligerantes no está al alcance de cualquier mequetrefe. La tarea de ajustar un nuevo pacto de convivencia requiere la presencia de patriotas. Sólo sobre la base de generosidad que estos pueden construir podrán levantarse consensos amplios y comprometidos, y consolidar así otras tantas décadas de libertades y progreso.

Como cualquier nación España requiere de la afección una inmensa mayoría. Una sociedad dinámica y plural necesita compartir un mismo objetivo; sentirse partícipe en un empeño común, como lo fue alzar la bandera de la concordia, ser simplemente normales, como el resto de los europeos, y vivir con justicia en libertad y seguros. Así lo proclamaron hace cuarenta años en la Constitución. Vuelve a ser hora de patriotas.

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Posted martes, marzo 20th, 2018 under Política.

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