Un conservador español

El PP con Rajoy

Conservador pragmático

Lo que funciona no se cambia. La frase es digna de ser esculpida sobre bronce a los pies del monumento mundial Al Político Conservador. Ella es el compendio del mensaje con que Rajoy pidió ayer a los suyos la renovación de su confianza.

Más de  lo mismo, quizá. Aunque no es menos cierto que para que algo funcione bien ha de estar adecuándose a la realidad, es decir cambiando continuamente; si se retrasa se hace irrelevante.

Por ahí va el secreto mejor guardado de los partidos conservadores que son capaces de gobernar, como el Popular de Rajoy: conocimiento del terreno, olfato, una buena brújula y resistencia, naturalmente. Pero sólo con ésta no llegarían al poder.

Sin embargo de ahí parten las quejas de quienes advierten de la pérdida de algunas esencias. Y también de ahí la desnaturalización de los principios del conservadurismo liberal en beneficio de postulados inicialmente atribuibles a la socialdemocracia.

La realidad es que España es más conservadora que liberal, y más socialista que socialdemócrata. Lo primero guarda bastante relación con los horrores del rosario de guerras civiles que nos precedieron; lo segundo, del franquismo.

Aquel régimen fue posible por un duradero trade-off  mediante el cual los ciudadanos enajenaron sus libertades a cambio de seguridad: trabajo, hospitales, educación y el orden que impone una dictadura. El deshielo de los últimos diez años permitió abrir algunas puertas y ventanas pero quedó para siempre la impronta de los derechos adquiridos sin contraprestación, que el dinero público, o sea de los contribuyentes, es de nadie y demás zarandajas retroprogres.

Claro que el PP no es un partido liberal. Si lo fuera no mantendría en conserva los principios que siguen siendo intocables para la masa de la sociedad. Si lo fuera habría emprendido la guerra contra prejuicios y resabios impropios de una democracia representativa, o sea liberal. Si lo fuera estaría abriendo nuevos y múltiples cauces para la expresión de la capacidad creadora que el país pueda tener; y si resultara escasa, se volcaría a explicar lo que el futuro demanda.

Si lo fuera haría un inmenso servicio a la sociedad; ahormaría el campo político, desquiciado como está por un populismo neocomunista y un socialismo víctima del desnortamiento producido por sus recientes dirigentes. Si lo fuera liberaría las capacidades taponadas por dirigismos propios de otros tiempos y circunstancias. Si lo fuera los españoles acabarían resolviendo con la fuerza de la razón problemas como las intentonas golpistas con que amenazan los sediciosos catalanes.

Si lo fuera España llegaría a ser lo que puede ser, lo que debe ser. Una nación en la que sus ciudadanos puedan al fin votar libremente por lo mejor y no por lo menos malo. Es la tarea pendiente de un partido como el Popular liderado por Mariano Rajoy, un eficaz conservador a la española.

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Posted domingo, febrero 12th, 2017 under Política.

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