“Esto es política con mayúsculas, lo que ha faltado en España durante mucho tiempo” calificó Idoia Mendía, la responsable del PSE el acuerdo firmado con el PNV en noviembre último para la estabilidad al gobierno vasco. Y de ahí comienzan a salir los primeros frutos: socialistas y nacionalistas exigirán al Gobierno de la Nación la “adecuación de sus Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a su estricto ámbito competencial”, dicho en plata: que Guardia Civil y Policía Nacional comiencen a hacer sus petates.
Socialistas y peneuvistas lo presentan como una fórmula intermedia frente a la desaparición de ambas fuerzas en suelo vasco, como exigen los filo etarras EH-Bildu. Lo que en el caso de los nacionalistas encaja en su lógica habitual, lo intermedio es paso necesario para alcanza el final, en los socialistas aparece como un dislate similar a los que acabaron con el socialismo en Cataluña. En la cabeza de sus responsables no acaba de entrar el axioma que la gente suele preferir el original a las copias.
Hace unos meses, legislatura anterior, los socialistas vascos se opusieron a lo que ahora proponen aduciendo que, al menos, habría que reconocer la labor, jugándose la vida, de las fuerzas de seguridad en defensa de la democracia en Euskadi; de reconocimiento sigue sin haber nada.
Y en el programa con que se presentaron a las últimas elecciones regionales hablaban de medidas para mejorar la policía vasca con el fin de favorecer la coordinación con los cuerpos estatales; lo contrario de lo que ahora proponen.
No resulta fácil adivinar qué modelo de Estado tiene ya no el PSE sino el propio PSOE. Cierto es que su estructura federal conlleva problemas como este que terminan por arruinar los esquemas del todo el partido. La pulsión del socialismo catalán hacia el nacionalismo la paga el partido en toda España. Abrir ahora un frente semejante en el País Vasco provocará una mayor sangría de votos. Pero el partido seguirá jugando a las primarias sin atender a lo fundamental: su propio ser.
Porque, además, esto no ha hecho más que empezar. Ahí aguardan reivindicaciones sobre la Seguridad Social, aeropuertos y salvamento marítimo, tráfico y circulación de vehículos y, naturalmente, las prisiones.
Lástima que la presencia de los socialistas en la coalición vasca no impidiera a su gobierno ponerse al pairo del catalán para desairar al Jefe del Estado no asistiendo a la Conferencia de Presidentes.
¿Llegará lejos con estos bueyes el carro de Patxi López?