Rivera, el cirineo

Naturalidad

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Papelón el del joven líder de Ciudadanos portando hasta aquí la candidatura de Sánchez, el pedigüeño, para recibir por toda compensación un simple ruego: “abstente, majete”. Y, obediente, pasará a ocupar un puesto en la historia breve de cómo Rajoy fue desalojado de la Moncloa, programa único elaborado por Sánchez, Iglesias y el propio Rivera; punto de convergencia de la transversalidad, del cambio y demás engañabobos que los tres altos representantes de las autoproclamadas fuerzas del progreso revelaron solemnemente en sede parlamentaria.

¿Acabará inmolándose, tan sólo un último esfuerzo, para facilitar las llaves del Gobierno de la nación a la pareja recién congraciada? Esa es la pregunta que se hacen los cronistas tras el circo representado ayer por el socialista y el leninista de camisa azul a la sombra del Congreso de los Diputados.

Curioso personaje el interpretado por Rivera, aunque la apelación al Cirineo evangélico no es del todo precisa. Porque aquel hombre que cargó con una cruz ajena un buen trecho del camino entre el palacio del gobernador de Jerusalén y el calvario, no consta que lo hiciera de buen grado; más bien cuenta la crónica que fue impelido a ello. Por el contrario, el actual se mostró encantado desde el primer momento; es más, el mismo reclamó cargar sobre sus hombros la empresa de echar a Rajoy y convencer a los populares de que se abstengan para que los que lleguen no dejen rastro de su paso por el Gobierno.

Sobre él pende la responsabilidad de cargarse el resultado de las urnas para instalar en el poder Ejecutivo de España lo que hace un año hizo en el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo. Y qué importa que causas judiciales, EREs y contratos de formación, miles de millones, vayan prescribiendo bajo el manto de silencio impuesto por el gobierno andaluz que facilitó a Díaz tras la firma de un pacto anticorrupción.

Hace mes y medio dedicó un bonito epigrama a Rajoy “Quien no sabe limpiar su partido no puede limpiar España de corrupción”. Razones tenía; precisamente las mismas con que podía habérselo brindado a Sánchez. No lo hará, ni siquiera tras aliviarse del peso de su candidatura, la que ha venido cargando durante el invierno y una semana de primavera.

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Posted miércoles, marzo 30th, 2016 under Política.

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