Zapatero y la indignidad nacional

Zapatero mirando al lado

Zapatero mirando al lado

El expresidente Zapatero aún espera ser recibido por el sátrapa venezolano. Al llegar a Caracas no tuvo reparo en calificar de democrático al régimen que encarcela a los opositores y falsea las papeletas electorales; al régimen cuyo presidente amenaza con levantarse en armas si pierde las elecciones; al régimen que le ha invitado como “acompañante” a seguir allí las elecciones.

El mismo día en que ponía Zapatero los pies en Venezuela su presidente no encontró mejor argumento para su campaña electoral que meterse con el actual titular del gobierno Español; Zapatero miró para otro lado. La presidencia de la república bolivariana le pospuso la audiencia comprometida; Zapatero siguió mirando para otro lado. Hoy, víspera de la jornada electoral, Maduro rompe la reflexión para decir que Rajoy es ya “polvo cósmico”, y Zapatero sigue mirando hacia donde le dicen, a la espera de estrechar la mano inocente del carcelero chavista, lo que finalmente se produce en la tarde del sábado, tras los insultos al mandatario español.

Zapatero, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, es paradigma de la indignidad nacional. La verdad es que el personaje no merece ni una línea; hace algún tiempo me propuse arrinconarlo en el baúl de las pesadillas del que hoy salta ante la indecencia mostrada por un español que tuvo las más altas responsabilidades.

Se ve que no le aprovecharon nada. Durante sus ¡ocho años! de mandato lo más sensato que acertó a decir fue aquello que reconoció a su mujer recién instalados en La Moncloa: “cualquiera puede ser presidente”.

Y además de no aprender nada ha olvidado lo que todos los españoles recuerdan a pesar de no haberlo vivido en persona: el “¿Te quieres callar de una vez?” con que el Rey, Juan Carlos I, tapó la boca al voceras de Chávez que insultaba a Aznar; no al ciudadano, al expresidente  de un gobierno democrático, del Gobierno de España.

Ocasión tiene de rectificar, que lo haga es harina de otro costal. Maduro no se lo ha puesto fácil. En un discurso dirigido a los “acompañantes” antes de que estos pusieran los pies en el país, dijo “abran los ojos para que vean al pueblo y vean la verdad de lo que va a suceder el 6 de diciembre en la democracia venezolana, bienvenidos, yo le quiero dar la mano a todos y hablar con todos«. Y añadió nada menos que lo siguiente: «si alguien abusa de la vida interna de Venezuela y el Poder Electoral dictamina que debe ser expulsado del país, así lo haré, sea quien sea, tenga el apellido que tenga«.

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Posted sábado, diciembre 5th, 2015 under Política.

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