Tomás Gómez, final de trayecto

Terminó atropellado

Terminó atropellado

El hasta ahora mandamás de la federación socialista madrileña ha rendido su último viaje. La central del partido venía considerándolo un lastre demasiado pesado para la próxima competición electoral.

El incesante goteo de desafecciones fluía caudalosamente hacia los bolivarianos. Sin respaldo suficiente en su propia federación para salvar unas primarias, se auto candidateó para aspirar a la presidencia de la Comunidad madrileña en los próximos comicios. Pero en estas, un tranvía se interpuso en su camino; el tranvía más caro del mundo, 250 millones para cubrir 8,3 Km. Lo puso en marcha siendo alcalde de Parla, el cuarto ayuntamiento más endeudado de todo el país.

La espada del partido ha caído sobre el ex alcalde y hoy senador cuando la Comisaría General de la Policía Judicial comienza desenmarañar la relación posible entre el sobrecoste (x 3) de aquella obra, los dos equipos socialistas de gobierno implicados en el proceso y la empresa concesionaria, de la que forman parte a través de sendas sociedades, FCC y Bankia, por un lado, y la antigua Corporación Industrial de la Caja Castilla-La Mancha que terminó en el Fondo de Garantía de Depósitos.

Con años de retraso, ante la certidumbre de que lo de Parla huele a podrido y forzado por cuanto se juega en las urnas de mayo, Sánchez ha actuado coherentemente. El siguiente paso, su elegido para encabezar el cartel electoral de la comunidad madrileña, puede dar alguna pista sobre su estrategia para recuperar el tiempo y los votos perdidos.

La posibilidad de que el señalado sea el catedrático de Metafísica Ángel Gabilondo, ex ministro del segundo gobierno Zapatero, induce a pensar que Sánchez no está dispuesto a experimentos. Quizá algo haya pesado en la decisión el recuerdo de Tierno Galván, aquel viejo profesor que alcanzó la alcaldía de la capital en 1979 y acabó llevándose de calle a la movida madrileña.

Pero estos no son aquellos tiempos, la Universidad no es precisamente modelo de nada y Tierno, ¡ay!, no ganó las elecciones; fue alcalde gracias al partido comunista. Los socialistas les convidaron a formar una coalición rompiendo el compromiso de respetar la lista más votada que Fernando Abril y Alfonso Guerra tenían acordado en aras del incipiente bipartidismo. ¿A quién llamarían ahora?

Desalojado de la dirección del socialismo madrileño Gómez será un verso suelto, un viajero sin destino cierto. De la sede nacional saldrá el ticket electoral, la instrucción será visada por una gestora, y aquí paz y después gloria.

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Posted miércoles, febrero 11th, 2015 under Política.

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