La oposición se opone

La oposición tonitronante

La vocinglera opositora

Dice el Fondo Monetario Internacional en su último informe sobre España que “la economía ha doblado la esquina, la recuperación van bien encauzada y las perspectivas son mejores que hace un año gracias a los esfuerzos de la sociedad y las medidas adoptadas. Pero quedan cosas por hacer, España sigue sufriendo el legado de la crisis. Hay que continuar los esfuerzo, para que la recuperación se sostenga el mayor tiempo posible y se fortalezca”.

Entre las cosas por hacer están buena parte de las medidas incluidas en el decreto ómnibus que la mayoría parlamentaria aprobó ayer en el Congreso con la oposición de la oposición. Es más; la vocinglera portavoz de la minoría mayor, la socialista, llegó a decir que si llegan al poder lo desbaratarán, y que de momento irán al Constitucional.

Utilizar la vía urgente de los reales decretos para poner en marcha determinadas políticas que el Gobierno juzga de urgente carácter es lo que cabe esperar de un ejecutivo responsable de su misión. Es, por ejemplo, lo que el presidente Obama hace en estos días para impulsar una reforma sobre extranjería que la oposición republicana impide con su control sobre las cámaras legislativas. ¿Osará alguien decir que no es demócrata el presidente demócrata de los Estados Unidos de América?

Además de estéril resulta penoso observar cómo la oposición, sin apenas matices, se obstina en paralizar las iniciativas gubernamentales. Unas veces, las menos, no exenta de razones, pero en la inmensa mayoría de las circunstancias sin ninguna más allá de impedir el funcionamiento del sistema. En una de estas acabarán oponiéndose a la ley de la gravedad si el Gobierno remite al Congreso una proposición sobre la misma.

Y de fondo, el Tribunal Constitucional, siempre el Constitucional que con tantas papeletas sobre la mesa acaba resolviendo los asuntos cuando ya nadie se acuerda de ellos. El hecho de que los decretos-ley que la Constitución autoriza en casos de urgente necesidad puedan tramitarse posteriormente como proyectos de ley, es decir que puedan ser debatidos y modificados pese a haber entrado ya en vigor, como el Gobierno ha anunciado, parece importar un pimiento a los opositores.

Será cuestión de fuero más que de huevos, cosa muy propia de los tiempos que vivimos.

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Posted jueves, julio 10th, 2014 under Política.

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