El asesinato en mitad de una pasarela peatonal y a la luz del día en una capital de provincia castellana era hasta hoy un supuesto inimaginable. Pues ha ocurrido en León. La presidenta de su Diputación ha sido asesinada con cuatro balas de pistola; no una ni dos, cuatro le descerrajó la homicida y una más que falló. Demasiada vesania; bestialidad más que odio, porque por odiosa que a los ojos de su ejecutora pudiera resultar la víctima, quitarle de en medio requiere mucho de animal.
A los ojos de medio mundo España aparecerá mañana como el país que realmente no es. Política asesinada en las calles españolas, qué barbaridad. ¿Dónde está la civilidad, el respeto por la vida, el sentido de pertenencia a la propia sociedad?
Lo demás, sobra en este momento; móvil del crimen, procedencia del arma, enajenación mental, personalidad de la víctima, etc. Lo esencial es que una mujer ha matado a otra con arma de fuego, en mitad de una pasarela peatonal y a la luz del día en la capital de León. La víctima, Isabel Carrasco, era una política. Una persona.