Ya pueden los ministros hacer de las suyas, o no hacer; darles caña el periódico amigo y, a todos, darnos la lata los separatistas; desplegar las bisagras sus mejores encantos, el hijo de Carrillo poner la Complutense en pié de guerra, llenar de Madrid de basura quienes cobran por retirarla, pitar las víctimas de Estrasburgo a los peperos que les acompañan en su queja…, en fin, ya pueden caer chuzos de punta que la gente parece partidaria de seguir con lo que hay.
Según el barómetro del CIS hoy adelantado, la mayoría, 52%, piensa que la situación económica es mala o muy mala, y peor que la del año anterior. Pero es sumamente significativo que preguntados por su situación económica personal, sólo un 29% la califique de mala o muy mala, mientras que el 49% la juzga de regular y un 27% de buena y muy buena. ¿Sorprendente?
Es decir, la mayoría dice ver fatal la situación general aunque personalmente en esa fatalidad sólo una minoría se siente concernida. Y en cualquier caso, el 59% opina que el año entrante las cosas irán igual o mejor.
La percepción de la situación política anda muy pareja con la económica, mala aunque no tanto como el pasado año. Y, curioso, los nacionalismos importan un pimiento; sólo un 1,4% suman quienes lo consideran entre los tres primeros problemas del país. Dicho de otro modo, es el problema número veinte de los que aquejan al común. Y sólo un 4 por mil se siente personalmente afectado por él.
El verano sienta mal a la oposición. A todas. Los de la Conferencia del fin de semana que en julio estaban a cinco puntos de los inquilinos de la Moncloa, ahora están a más de siete. Los comunistas y compañeros de viaje mantienen su tercera posición perdiendo dos décimas, las mismas que los de Mas y Durán; y entre ambas, los del pañuelo magenta pierden más de un punto.
Tampoco es que a los populares el veraneo les probara de cine, simplemente parece que cometen menos disparates a juicio de una población que considera a la familia como la institución más importante del país, más de dos terceras partes se considera católica y en paro únicamente el 24,5%, de los que una tercera parte confía en encontrar trabajo el próximo año. ¿Acaso habrá otra España real por debajo de la que se manipula a diario en los medios políticos e informativos? Quizá; ello explicaría muchas cosas.