El error Montoro

Carencia de firmeza

Carencia de firmeza

No tiene pase que se demore más de seis días una explicación oficial –más allá del puro relato de los hechos- sobre el error de una agencia estatal atribuyendo a una persona, sea o no Infanta de España, actos con los que nada tiene que ver.

La agencia en cuestión es la Tributaria; la afectada, doña Cristina de Borbón; y el error, trece registros de ventas que no se produjeron tal y como la agencia trasladó a un juez.

Si la causa de la escandalera montada por la descuidada actuación de la AT ha sido realmente tener anotadas esas ventas insólitas a la titular del DNI nº 14, apañada va la credibilidad de la fiscalidad nacional. ¿Cuántos ciudadanos podrán estar seguros de tener correctamente registradas sus cuentas con Hacienda? Y ¿cuántos nuevos errores podrán aparecer en los estados fiscales de la titular del DNI nº 14, letra Z, o del resto de la familia real?

Tras la sorpresa causada por la errónea atribución de unas ventas sin sentido, el ministro responsable de la Agencia se llamó andana desde Santander. Su torpe evasiva produjo el efecto contrario al que seguramente aspiró el señor Montoro. Y en ello ha seguido hasta hoy mismo, día en que sigue esperando el resultado de la investigación abierta y en el que ha pedido disculpas a la Casa Real.

No están los tiempos para andarse con remilgos en asuntos de esta naturaleza. La situación requería la firmeza aún no demostrada, y han pasado días suficientes, demasiados, como para zanjar definitivamente la cuestión. No haberlo hecho desde un principio ha dado pábulo a los kamikazes institucionales de las banderas tricolores, precisamente no ayunos de pretextos en los últimos tiempos.

El cese de responsables directos del error podrá ser una exigencia política, incluso ética, pero no repondrá la realidad. Al menos para algunos.

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Posted miércoles, junio 19th, 2013 under Política.

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