La prensa, al ataque

Orson Wells, Hearst

"Mande postales, yo pondré la guerra"

¿Qué pretende el diario global publicando a toda pastilla unas fotos de hace veinte años, ilustradas con cuatro maledicencias sobre el presidente de una comunidad autónoma? Quizás el señor Feijóo les haya dado con una puerta en las narices, o ninguneado en el reparto de alguna subvención, o lo esté haciendo tan bien que se sientan concernidos en su desalojo, o será que alguien ha comenzado a hablar del gallego como alternativa al otro, al paisano instalado en La Moncloa… Vaya usted a saber.

El caso es que ninguna de las hipótesis sugeridas justificaría tamaña estupidez, que eso es lo que han cometido. No se sabe que el presidente de la Xunta vaya dando portazos, ni que reparta subvenciones para que los medios doblen sus ediciones a la lengua local. De la solidaridad estratégica del diario global con los socialistas sí que hay constancia pero no parece que sea este el mejor escenario para mostrarla. ¿Será entonces que quieren reafirmar a Rajoy segando la yerba bajo los pies de cualquier alternativa que apunte antes de que el tiempo pase, no vaya a consolidarse?

O tal vez no se trate sino de desmantelar una esquina más del país, el suyo y la nación. Del suyo, porque con bobadas de esta naturaleza -después de la foto de Chávez que no era Chávez, de la contabilidad del PP que tampoco lo era, etc.- hacen que El País se caiga de las manos del lector; de la nación, porque no parece que unas fotos viejas de Feijoo en bañador supongan una aportación para resolver cualquiera de los problemas que nos atosigan.

Es el perfecto ejemplo de la prensa descabezada. ¡Anda que no habrá fotos más extraordinarias de la mayor parte de la gente conocida del país, comenzando por la cúpula de la propia editorial! Y cambios de nombres como los de quienes convirtieron el José Antonio en Pepe, Griñan, o Josep, Durán Lérida –perdón, Lleida-, no fueran a ser confundidos con el fundador de la Falange.

Lo del otro medio nacional que se las da de segundo es para echarle de comer aparte. De la venta de favores a la tal Corina ha pasado a las cuestiones testamentarias dentro de la Casa Real. Ejemplar, caiga quien caiga y que cada palo aguante su vela. ¿Periodismo militante? En el periodismo no cabe más militancia que con la libertad, el pluralismo y la honestidad. La responsabilidad es para nota.

No se puede prostituir la figura del periodismo de investigación hasta tal punto. Ni siquiera el de trinchera. El otro ya lo está, el de la pasta a cualquier precio como personificó Hearst, capaz de inventarse una guerra. Todo por la pasta y más en tiempos de crisis.

¿Algo más por romper?

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Posted domingo, marzo 31st, 2013 under Política.

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