Merkel versus Rajoy

Merkel y Rajoy, dos estilos opuestos

Meticulosamente, las autoridades europeas pusieron en marcha el proceso para controlar los costes de financiación que pesan sobre las economías española e italiana. Con más de un mes de retraso, el verano es tan verano aquí como en Frankfurt, Bruselas y Berlín, el anuncio que se esperaba de Draghi fue activado en Frankfurt mientras Durao Barroso visitaba a Monti en Roma y Merkel almorzaba en Madrid con Rajoy.

La puesta en escena, ajustada hasta el último detalle, sirvió para despejar la incógnita sobre hasta dónde la Comisión y el Banco Central europeos están dispuestos a colaborar con los esfuerzos que italianos y españoles  están haciendo para ajustar sus economías; es decir, a salvaguardar el euro, que viene a ser lo mismo. No hubo más novedad que el hecho de haberse puesto en marcha, al fin, lo que ya fue aprobado en la última cumbre europea. En pocas palabras: Help yourself and help you. Lo que corresponde.

Pero los españoles tuvimos la oportunidad de ver desde primera fila cómo se produce un político de primer nivel; en este caso, política. La canciller alemana dio una breve lección de cómo explicar cosas tan elementales como que cualquier reforma tarda tiempo en mostrar sus efectos; en otras palabras, que el bálsamo de Fierabrás sólo funciona en el Quijote. Y de cortar sin dejar espacio a la especulación ante preguntas como qué consejos le dio a su colega español.

Si los que aquí llevan el timón hubieran comenzado en diciembre esta travesía diciendo todo lo que se encontraron lisa y llanamente, estaríamos en otro escenario político. Parece como si les diera miedo enfrentar al personal con la realidad. Y eso acaba pagándose. ¿Recuerdan aquel cuento del traspaso de poderes ejemplar, por ejemplo? ¿Cómo echar luego en cara a los salientes que dejaron el país para el arrastre?

Pues claro que este país estaba en situación de ser rescatado. Pues claro que había que subir impuestos. Pues claro que había que acabar con el gironismo en las leyes laborales; y cortar subvenciones, y reducir el número de ayuntamientos, y restablecer el mercado único, y demás cuestiones puestas o por poner en marcha. Por cierto, ¿a qué esperan para esto último?

Si no hubieran hecho un tabú del rescate, tras el pedido para enterrar el muerto de las cajas de ahorro ahora poco les costaría políticamente solicitar el que Draghi ha denominado “precautorio”. Entre otras razones porque las condiciones ya les han sido impuestas, tanto las de naturaleza fiscal como reformista. Pero ¡ah! hicieron un mundo del palabro regalando así a las oposiciones una baza con la que seguir engañando a sus fieles y entorpeciendo la salida de la crisis.

Nuestro particular “canciller” tiene razón haciendo lo que hace, pero se equivoca diciendo lo que dice. O de otra forma, no diciendo lo que debe decir: la verdad. Con toda la prudencia que las circunstancias y objetivos aconsejen, pero siempre la verdad. Y como su colega alemana, seguro; sin dejar abiertos esos puntos suspensivos que provocan un mundo de incertidumbres. No se puede gobernar bajo la obsesión de cubrirse las espaldas de cara al mañana porque ese mañana puede no llegar nunca.

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Posted viernes, septiembre 7th, 2012 under Política.

2 comments

  1. Excelente artículo; no obstante, en relación al juego de palabras que hace sobre Rajoy, debo matizar que, el desgaste producido por la toma de decisiones es enorme máxime cuando tiene, casi en vísperas, las elecciones gallegas, vascas y quizá catalanas. La Sra. Merkel antes de perder, consecutivamente, dos elecciones locales, también se equivocaba diciendo lo que decía.

  2. Esperanza Loppez says:

    Como decían nuestras madres la mentira tiene las patas cortas , pero quien le dice a la gente ,que también entre los suyos hay tanto sinvergüenza? Hay que empezar por acabar con eso

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