Rápido, más rápido

Zapatero da paso a Rajoy

No hay tiempo que perder. Bastante retraso llevamos a las espaldas. Cuatro meses de campaña electoral sin sentido, pues el final estaba en junio tan cantado como hoy, 18 de noviembre. Y para más inri, el calendario oficial fijado por el decreto de la tardía convocatoria dice que hasta el 13 de diciembre no se constituirán las Cortes, Congreso y Senado. Los chinos, la mafia rusa, quien sea que esté embistiendo contra el euro, seguirán brindando por la siesta española que les da un mes más de plazo para jugar con nuestra deuda y ponernos imposibles los presupuestos de los próximos años.

Lo pasado, pasado está; las elecciones, a dos días vista. Si de las urnas sale lo que parece que va a salir, ¿qué razón hay para esperar veintitrés días más a la constitución del parlamento, y otra semana después para que el nuevo gobierno actúe? El país no dispone de ese tiempo; o mejor, nadie nos va a conceder ese tiempo. El presidente saliente podrían rendir un servicio estimable al país haciendo dos cosas: otro decreto acortando los plazos para su relevo y, como secretario general del PSOE, el lunes 21 mantenerse en su puesto.


Él sabe en la que estamos mucho mejor que el candidato. De otra forma el ex vicepresidente y aspirante a secretario general hasta hace dos meses no seguiría haciendo demagogia con la austeridad y el gasto público, pidiendo prórrogas al gobierno de la Unión, en fin, que Bruselas es culpable. Es Rodríguez Zapatero quien debe administrar la transferencia del poder con la menguada autoridad de que disponga, que no será menor que la de Pérez Rubalcaba. Y cuenta además con la ventaja de no tener que enfrentarse al nuevo presidente en su investidura.

De entre los dirigentes socialistas sólo él ha dado muestra de asumir alguna responsabilidad de la situación en que nos encontramos, y él debe concluir el proceso que inició en mayo de 2010 con los primeros recortes que la UE le puso sobre la mesa. Ya tendrá tiempo de dar paso a no se sabe quién en el Congreso que tendrán que celebrar más pronto que tarde, quizá antes del tercer calvario que el partido ha de sufrir, el de las andaluzas que Griñán quiso separar de las generales en un alarde de visión estratégica. Y esas serán en marzo.

Además de tener claro por dónde empezar, el gobierno entrante necesita interlocutores a lo largo y ancho del país, incluidos los sindicatos que juegan a las huelgas para no ser menos que los griegos y, de paso, no trabajar; es decir, para empeorar las cosas.

Ahí, en las subvenciones sindicales sí que hay tela para los recortes.

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Posted jueves, noviembre 17th, 2011 under Política.

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