Socialistas en retirada

Muchos se lo están pensando demasiado. Me refiero al escaso entusiasmo de ministros y ex de Zapatero ante las listas electorales socialistas. Primero fue Bono, luego Elena Salgado, Carmen Calvo, Alfonso Guerra se lo está pensando y hasta el propio presidente del partido, Manuel Chaves, pone su punto de suspense. ¿Pánico ante el fracaso?

Lo de Pepe Bono quizá no pase de ser una más de sus enrevesadas maniobras. Simula falta de interés para tranquilidad de Pérez Rubalcaba, quien así le meterá en la lista desde donde el manchego se lanzará al degüello del perdedor el mismo 20N. Y a luchar contra la Chacón.

Lo de la vicepresidenta Salgado cabe atribuirlo al puro cansancio; cansancio de simular hasta la mentira. Las declaraciones de esta mañana a la SER son toda una antología, especialmente luminosa en lo de la reforma constitucional sobre el déficit. Pobre, le tocó bailar con el más feo, ¿cómo no se le van a quitar las ganas de repetir?

La egabrense Carmen Calvo que pasó ocho como consejera de Cultura en Andalucía antes de ser ascendida al Gobierno nacional por Zapatero, ha dicho que a ella no la encuentran en Córdoba con la ex comunista Rosa Aguilar. Calvo, recordada por iniciar el desmantelamiento del Archivo Histórico de Salamanca y meterse en una Ley para regular la Lectura, acabará transigiendo con lo que le digan, que fuera hace mucho frío.

Lo de Alfonso Guerra entra dentro de lo natural. Es el último de los protagonistas de la Transición en activo y demasiados sapos ha tenido que tragar en estos años de desmantelamiento del invento en aras de la obediencia debida al partido. Alfonso sabe que no es esto de lo que se trataba, y a sus 71 años crece la melancolía.

No es el caso de Manolo Chaves, vicepresidente del Gobierno y cinco años más joven que su compañero de sevillanía. Ambos son el recuerdo vivo de la panda de amigos sevillanos que se hicieron con el PSOE, el clan de la tortilla. Chaves ha puesto un mohín de cansancio pero demasiadas cosas sucedieron durante sus 19 años en la presidencia de la Junta andaluza como para despreciar la protección del escaño de diputado.

Frente a tanto entusiasmo partidario, el tándem Pérez Rubalcaba-Valenciano tendrá que abrevar en nuevos caladeros, indignados incluidos. Perdido el centro, lo peor que al candidato socialista le puede suceder es quedarse sin referentes por su banda izquierda, como el que representa Antonio Gutiérrez, quien también advierte de su disposición limitada.

Malos augurios para el capitán cuando los oficiales saltan de la nave antes de salir de puerto.

Compartir entrada:
Posted miércoles, agosto 24th, 2011 under Política.

Leave a Reply