…Y aparentemente no dice nada interesante. Poner a caldo al PP no es novedoso; tampoco desestimar las primarias para elegir al candiato presidencial, ni el desprecio por las “utopías regresivas” de la izquierda. Y que lo mejor es agotar la legislatura para continuar las reformas no pasa de ser una fórmula cortés de despedida
Sólo una cosa, un párrafo de su artículo de “El País”, me ha llamado la atención:
“Yo me inclino por una reflexión interna en el Comité Federal que nos conduzca a una sola candidatura de consenso. Eso evitará peleas internas incomprensibles para los ciudadanos, dados los problemas a los que nos enfrentamos y los escasos tiempos de nuestro calendario político. Ante un desacuerdo, que no deseo, en el Comité Federal, Rodríguez Zapatero tiene la llave. Puede convocar congreso extraordinario para elegir candidato y secretario general. Camino algo más largo pero posible, como he oído decir a algunos dirigentes del partido.“
Es decir, recuerda a Zapatero que en su mano está quitarse de enmedio de una vez por todas. La misma técnica con que en enero le advirtió desde Málaga que “uno tiene libertad para decir no pero no tiene libertad para decir sí… ser el candidato depende del funcionamiento orgánico del partido”. Tres meses después Zapatero anunció que no sería candidato.
Mañana el Comité Federal afronta una situación de la que puede salir cualquier cosa; los estrategas del viejo y nuevo PSOE llegan con las fuerzas sin medir.
Los autoproclamados jóvenes, los costaleros de Zapatero, pretenderán salvarse de la guadaña que impulsa la derrota del 22-M; pedirán respeto y un cierto espacio vital. Los viejos rockeros de la antigua sevillanía, que hoy portan sobre su escudo a Rubalcaba, pueden conformarse con la simple candidatura presidencial, o reclamar la catarsis de un Congreso extraordinario en el que recuperar lo que perdieron hace once años por cuatro votos pasados bajo la mesa por Alfonso Guerra para evitar el triunfo de Bono entonces. Así podrían refundar el partido y aventar las cenizas del adanismo antes de las eleciones.
En cualquier caso, así siguen perdiendo el tiempo, y ya llevamos cuatro días perdidos.