La guerra entra en campañas electorales

No me refiero a España, donde también acabará entrando, sino a Rusia y Alemania. El primer día de la semana trajo una novedad: el contraste de pareceres entre el jefe de gobierno y el presidente de la Federación de Rusia. Vladimir Putin dijo que la resolución de Naciones Unidas le recordaba los llamamientos  a las Cruzadas medievales. Lo de motejar de cruzados a los aliados no era original; el copy right lo tiene Gadafi. Y el presidente Dimitri Medvédev le corrigió en pocas horas con un rotundo  “es inadmisible”. Emplear el término Cruzadas, dijo el presidente, puede fomentar el enfrentamiento entre civilizaciones.

Hace tres meses Putin tachó de delincuente al expresidente de la petrolera Yukos y Medvédev le advirtió que es inaceptable juzgar antes de que lo hagan los tribunales. Era el primer desajuste de la dupla que hace cuatro años ahormó el moscovita Putin proponiendo como candidato a la presidencia al peterburgués Medvédev, hoy quizá más euroatlantista que su jefe de gobierno.

Con lo de las Cruzadas, el presunto aspirante a la próxima presidencia que es Putin quizá pretenda que no le alcancen las consecuencias de la división que en Rusia ha generado la intervención sobre Libia. Su abstención en el Consejo de Seguridad parece no considerarla suficiente, y las elecciones no están tan lejos, sólo a dos años vista, ni se concoce cuándo esta guerra acabará.

Los pasos a un lado de la sra. Merkel son obvios, tanto como su moratoria nuclear a raíz de la catástrofe nipona. Está en un año electoral clave en que los resultados en las elecciones en los estados federados decide la mayoría en los 69 escaños del Bundesrat.

Y en España la adhesión a la guerra no le saldrá gratis a Rodríguez Zapatero. Porque ni las operaciones se reducirán a garantizar la zona de exclusión aérea, ni las cosas serán como ha asegurado en el Congreso: contar con la Liga Árabe, no ocupación de territorio y no sacar del gobierno a Gadafi. El consentimiento del PP no supondrá un lenitivo pues, como Rajoy se cuidó de subrayar, sólo está ateniéndose al precepto constitucional que deposita en el Gobierno la dirección de la política exterior y de defensa.

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Posted martes, marzo 22nd, 2011 under Política.

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