¿Tendrán los españoles algo más importante el 6 de diciembre que manifestar públicamente su homenaje a la Constitución? La cuestión trasciende de ideologías y partidos; es la hora de la gente, del pueblo que lleva viviendo cuarenta largos años en paz gracias a la concordia que la alumbró.
El país es mucho más ancho y profundo de que lo que manifiestan sus instituciones representativas; en gran medida está viviendo al margen del juego que en ellas se practica. Es lo propio de las sociedades de ciudadanos libres y capaces de expresar sus sentimientos.
Celebrar la Constitución no va de enfrentar banderas por las calles, ni de increpar a nadie; ni siquiera a los que trabajan denodadamente para desmontar sus anclajes. Como en otras grandes democracias del mundo libre, la Fiesta del 6 de diciembre debería restaurar las energías con que el pueblo emprendió la marcha hacia un futuro mejor para sus hijos.
No hacerlo pone en evidencia una sociedad flácida, minada por los gérmenes tóxicos que están socavando las raíces de las democracias occidentales; corrupción, mentira, abulia, populismo. Continue Reading ▶