«La bolsa o la vida». La publicación de las encuestas que van pregonando las elecciones por llegar recuerda la inquisitoria con que el caco, navaja en mano, asalta al pobre transeúnte que el azar ha cruzado en su camino. No me cuente lo que pasará, no me pida lo que llevo encima; déjeme en paz hasta que esté la suerte echada. Las alegrías, como los quebrantos, mejor de una vez.
Ante el letargo de los defensores de otra manera de hacer política, los sondeos insisten en que a los españoles lo del sanchismo no les parece tan mal. Según el más fiable, Gad3, en su cesto siguen cayendo apoyos hasta hacer factible su renovación en el banco azul y el colchón de la Moncloa.
Recoge de aquí y de allá, léase Ciudadanos y Podemos, sin que ni en uno ni otro caladero se adviertan señales de alarma. No es extraño que a los de Iglesias les traiga poco menos que sin cuidado, al fin y al cabo el doctor cum fraude es su más brillante discípulo por lo que, en realidad, todo queda en casa; y mientras siga necesitando sus votos, por menguados que estén, su influencia se mantendrá viva. Continue Reading ▶