Sánchez reapareció en el Congreso como si la pandemia no se hubiera llevado 8.003 ciudadanos en el mes de enero. No lo hizo para dar explicaciones sobre la relación de su gobierno con el dato, ni sobre ninguna otra calamidad -y mira que las hay-. No; fue a dar un mitin, el que necesita Illa, el pobre, despachado allá entre golpistas que no le mientan los 80.000 muertos, no; sólo el 155.
¿Tan poco importan las vidas de nuestros conciudadanos? Parece que bastante poco, efectivamente. El presidente baja a la arena para hacer ver que está ahí, a la cabecera de un banco azul en el que sobran dedos de una mano para contar los ministros que trabajan, ¡y son 23!
Las preguntas le resbalan como patines sobre hielo. Puro Ollendorff. El desprecio a los ciudadanos es insoportable. Porque los españoles tienen derecho a conocer, por ejemplo, por qué ha mutilado un informe del Consejo de Estado en el expediente del decreto sobre los fondos europeos. Continue Reading ▶