Vivimos tiempos extraños en los que la realidad pasa sin pausa de la tragedia al sainete, según el ángulo desde el que se mire.
El fondo es oscuro más allá de la duda, tal vez siniestro a medida que se profundiza en sus entrañas. Y sin embargo sobre la superficie chapotean saltimbanquis y gaznápiros embobados por los fuegos de artificio que prende el payaso en jefe que se autodenomina Mi Persona.
La farsa se nutre de las nueve presentaciones, nueve, que lleva hechas de la versión última de ese remedo de Plan Marshall con que la Unión Europea trata de restaurar los destrozos causados por la torpeza de sus gobernantes con el concurso del virus chino. Presentar como cosa propia ese sucedáneo de bálsamo de Fierabrás para aliviar los males patrios revela la naturaleza de un sandio currutaco embutido en pantalones pitillo. Continue Reading ▶