A propósito de La Real Casa de Correos

Hoy publico en  ABC el artículo que se reproduce a continuación sobre la estupidez inherente a las manipulaciones e intentos de derribo de nuestra Historia, en que están empeñados quienes tratan de romper las bases de nuestra convivencia en libertad.

 

“La nueva embestida contra los muros de nuestra historia, proyecto de ley incluido, asalto al cementerio de Cuelgamuros y otras ocurrencias para tapar las vergüenzas del sanchismo, me ha traído a la memoria lo que hace algún mes oí a un sayón de la cofradía de la hemipléjica memoria histórica: hay que transmutar la actual sede de gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid en un museo de los horrores de la dictadura franquista. Así, argüía el chiquilicuatre, la luz entrará en los oscuros calabozos soterrados donde la Dirección General de Seguridad se instaló al término de la última guerra civil.

La ocurrencia me pareció entonces tan extemporánea como pretender desmontar el acueducto de Segovia porque bajo su arco central pasó aquel invicto caudillo para comer un buen día en el mesón de Cándido. Pero de cómica no tiene nada; es un golpe más a las raíces de nuestro sistema, al espíritu superador de pasados enfrentamientos, aquella concordia que ha hecho posible décadas de convivencia y progreso. Un atentado a cargo de una tropa de progres reaccionarios empeñados en hacer una revolución marchando de espaldas a la realidad, a la vida.

Uno de los padres del existencialismo, el danés Kierkegaard, dejó escrito que “la vida puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida mirando hacia adelante.”

Dicen los últimos comicios, y auguran las encuestas, que la mayoría del país parece ya vacunada contra esos eruditos a la violeta que disfrazan su enciclopédica ignorancia con recortes de libros pasados de mano en mano por pintarrajeados pasillos de facultades universitarias. La selecta minoría juramentada para asaltar los cielos pasó de las lecturas a la acción hasta tener su momento, hoy menguante, en la superestructura política. Algo así como los illuminati de Baviera, organizados en el siglo XVIII para ocupar cotas de poder, una vez visto que la masonería se les quedaba corta para acabar con la monarquía y la Iglesia.

Los podemitas y sus extensiones, de ellos hablamos, son radicalmente incultos. Empollar a Gramsci y leer a Laclau puede dar ideas sobre hegemonías y estrategias para alcanzarlas, pero ninguna sobre la sustancia de tu país, un intangible que la Historia destila. Sería interesante saber cuántos y quiénes de los aspirantes a ocupar la sede de la Comunidad madrileña en los pasados comicios traspasaron en alguna ocasión la preciosa portada barroca del Museo de Historia de Madrid, al pie de la estación de Metro Tribunal.

Allí se habrían enterado de que la Real Casa de Correos, así es como se llama la sede actual del gobierno regional de Madrid, se levantó sobre unos planos que Ventura Rodríguez terminó en 1760 para dotar a la capital de las instalaciones precisas con que atender el correo postal. Proyectada por consejo del marqués de la Ensenada a Fernando VI, comenzó a edificarse ya bajo el reinado de Carlos III.

Al cabo de unas décadas, el edificio quedó pequeño para atender los carruajes que transportaban las sacas de toda España, y se construyó detrás la llamada Real Casa de Postas, que hoy ocupan diversos servicios de la Comunidad.

La Historia nunca se detiene, ni marcha hacia atrás; la Casa de Postas se convirtió al cabo de años en el Cuartel de Zaragoza, y durante la segunda república, en sede de la Guardia de Asalto. En cuanto a la Real Casa de Correos, antes albergó un cuerpo militar para asegurar el orden en el centro de la capital, a raíz del motín de Esquilache.

Años después se transformó en la sede del Ministerio de Gobernación, manteniendo en su planta baja la Oficina Central de Correos. Isabel II, en 1866, inauguró el “Reloj de Gobernación”, que así se llamó el que hoy marca la llegada de un nuevo año.

El 12 de noviembre de 1912 acogió el cuerpo del presidente del Consejo, José Canalejas, asesinado a unos metros mientras escudriñaba las novedades que mostraba en su escaparate la librería San Martín, hoy una zapatería.

Pasados los años, y mil peripecias, la DGS del régimen franquista desalojó en 1985 lo que había sido su sede durante cerca de medio siglo y la Comunidad de Madrid adquirió el edificio al Ministerio de Interior para albergar al ejecutivo regional. En diciembre de aquel año su presidente, el cántabro Joaquín Leguina, izó en su balcón central la bandera de la Comunidad, diseñada por Cruz Novillo a partir de una idea de Santiago Amón.

Siete reinados, dos repúblicas, dos guerras civiles y otro par de dictaduras han confluido en el medio siglo de democracia que pronto celebraremos si el sentido común limpia el camino de revolucionarios a la violeta. No tienen otro apelativo quienes sueñan con derribar a su capricho muros del pasado que no dejan de ser los cimientos de un presente desde los que proyectar un futuro mejor.

¿Dónde detener este estéril rediseño del pasado? Las huellas impresas por las cuatro generaciones de españoles que desde 1940 han labrado nuestra realidad no se borran con decretos, ni leyes siquiera. ¿De qué demonios hablan? porque, ya puestos, podríamos remontarnos hasta el 1933 de los golpes contra la república y, por qué no, hasta la irrupción del palacio de Carlos V entre los nazaríes en el corazón de la Alhambra granadina.

Y qué decir de la acumulación de funciones y estilos de la actual Mezquita-Catedral de Córdoba. Levantada sobre los restos de la Basílica de San Vicente, durante más de medio milenio deambuló entre las fes cristiana y musulmana, y sus trazas pasaron del prerrománico al barroco a través del omeya, el gótico y el renacentista.

En fin, distraer la atención sobre lo que realmente importa con este revisionismo de sal gorda, es propio de diletantes asomados a los balcones de la impotencia desde los que, cegados por los fuegos fatuos que levantan, uno a uno van cayendo víctimas de la libertad.”

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Liberal progresista

Arrimadas en el último Congreso de su Ciudadanos

Mal empieza la autoproclamada refundación del partido de Arrimadas. Definirse aquí como liberal progresista tiene un precedente no tan lejano y aún menos, exitoso.

Yo estuve allí, en el comité ejecutivo del CDS y llevado al Congreso de Diputados por más de los trescientos sesenta mil electores que conseguimos en Madrid. El Centro Democrático y Social, que así se denominaba, fue inscrito en la Internacional Liberal que, a partir de nuestra incorporación incluyó la denominación de Progresista. Y duró lo que duró. Continue Reading

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El Gobierno maniatado

Descanso tras la firma de la coalición de Gobierno. Las penas no han terminado.

Cuba es una dictadura. Los cubanos no son libres. Los periodistas extranjeros tampoco, ahí está la corresponsal de ABC detenida con cargos criminales. Pero para nuestro Gobierno, Cuba no es una dictadura mientras la ONU no lo certifique. Por cierto: ¿qué puede decir sobre el caso una organización internacional en la que las democracias apenas suponen el diez por ciento del total de sus miembros?

Parece que tampoco se siente concernido con el caso de la cubana víctima de la dictadura. ¿Será ella o el medio español que representa de menor interés que aquellos otros casos que levantaron oleadas de indignación entre quienes hoy callan? Continue Reading

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Sánchez ¿suelta lastre o aplica Photoshop?

El Gran Dictador jugando con el mundo.

Lo de Ábalos, aquel fino estratega que cursaba triple cartera y cargaba con los embelecos presidenciales más onerosos, como las maletas de Delcy cargadas de oro o las subvenciones a la Plus Ultra de los amigos de Zapatero, es todo un test de hasta dónde llega la sevicia del doctor Sánchez. Si así es con sus compañeros, colegas y sostenes de Mi Persona, cómo podrá llegar a ser con sus oponentes.

La noticia de la llamada crisis de gobierno, realmente la crónica de un Gobierno en crisis, trajo a mi memoria aquel sublime pasaje que Charlie Chaplin protagonizó en su película “El gran dictador” para ridiculizar a Hitler; y no a toro pasado, sino en pleno apogeo de la dictadura nazi, 1940. En él, travestido de amo de Tomania y como si el mundo fuera suyo, Chaplin juega con un globo terráqueo que termina por explotarle en la cara. Suele pasarles a los déspotas y a cuantos secundan sus tropelías. Continue Reading

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Carta Persa del Rey

«Para que la Constitución y las leyes desplieguen su eficacia es preciso que haya jueces que así lo aseguren»

El Jefe del Estado, o sea el Rey, dictó ayer una mensaje cristalino a los poderes públicos. Utilizó un escenario ajeno a la cansina cotidianidad de la política nacional, como Montesquieu hace tres siglos hizo publicando sus Cartas Persas para criticar la decadencia de la sociedad de su tiempo.

Además de situar la escena en el oriente y tomar precauciones, como editar la novela con un falso pie de imprenta, la obra del Barón fue prohibida en Francia y la Iglesia la incluyó en su famoso Índice.

Pero ayer el Rey no se anduvo con melindres. En un acto de homenaje a la juez recientemente fallecida de la Corte Suprema norteamericana, Ruth B. Ginsburg, afirmó: “El Poder Judicial independiente desempeña un papel fundamental:  dota de eficacia a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico, protege las libertades ciudadanas, y asegura que el sistema normativo conserve su vigencia.Continue Reading

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La repressió

De presidente a presidente, primer repaso en Moncloa: amnistía, autodeterminación y final de la represión

Además de la amnistía y la autodeterminación, el tal Aragonés que funge de presidente del gobierno autonómico catalán, le plantó a Sánchez un ultimátum: el final de la represión.

La repressió. El dialogo entre iguales, de gobierno a gobierno, de presidente a presidente, de España a Cataluña…, nada de todo eso será posible si continúa la repressió; mientras los golpistas huidos no puedan volver, mientras haya multas por pagar y leyes por cumplir, no habrá nada de qué hablar.

Día a día va descubriéndose la tramoya de la puesta en escena de la farsa monclovita. Cómo no tildar de farsa el montaje de dos individuos sin más apoyos y avales que los de su propia camada. Qué denominación merece el hecho de hurtar al Congreso cualquier debate sobre el ser la Nación para jugárselo en una mesa. Continue Reading

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