Hasta que los ciudadanos le mandaron a hacer puñetas este país cargó con un primer ministro que lo dejó arruinado, con sus servicios esenciales al borde de la quiebra. Mientras sembraba tal desastre ocupó tiempo y esfuerzo en ir desatornillado los pernos de las crujías de la nación con minuciosidad de relojero.
Su sucesor ha cambiado el destornillador por la piqueta y, una vez aflojados los principios del sistema, Mi Persona perfora los muros de la patria mía, “si en un tiempo fuertes, ya desmoronados” en palabras de Quevedo, ante el silente estupor de los españoles y de más europeos cada mes. Continue Reading ▶