Ya está bien. Con su carta al monarca marroquí, el señor Sánchez Pérez-Castejón ha probado definitivamente su incapacidad para seguir al frente del poder ejecutivo español. Este hombre representa un serio peligro para la vida nacional.
Sobre el cúmulo de dificultades que viene afrontando una sociedad que ha perdido más de cien mil vidas humanas, miles de millones de recursos económicos, y la confianza en sus instituciones representativas, Sánchez desprecia los problemas reales y toma las funciones de jefe de Estado para, de tú a tú y sin intermediarios, establecer una relación impropia con el monarca alauita.
Se ha escrito sobradamente sobre las exigencias que conlleva toda política de Estado, necesario concurso de la oposición, decisión colegiada del Gobierno, ratificación parlamentaria y atención a los precedentes históricos; principios todos ellos ignorados en la última decisión adoptada por el personaje. Pero no se ha reparado lo suficiente en lo que la misiva en cuestión revela. Continue Reading ▶