El vórtice y la factura de la luz

¿Realidad, ficción?

¿Realidad, ficción?

Hace diez años Hollywood produjo una película premonitoria, The day after tomorrow. En El día de mañana, título con el que se distribuyó aquí, los efectos especiales lograron imágenes tan espectaculares como las que esta semana nos ha traído la realidad helada de Nueva York, el lago de Chicago o las cataratas de Niágara. El cuento era tan sencillo como que el calentamiento global del planeta Tierra rompía una gran masa de hielo en la Antártida lo que producía un desplazamiento del vórtice polar en el hemisferio norte. Pongan los tiempos verbales en presente, que eso es lo que nos está pasando.

La realidad está superando a la ficción. Cuando se hacía aquella película no se había desprendido ninguna gran masa de la Antártida, pero el calentamiento estaba produciendo en los territorios australes un peligroso empobrecimiento de la capa de ozono, lo que se convertía en un factor más de calentamiento.

En nuestro hemisferio el ciclón que permanentemente cubre los polos desde la estratosfera, el vórtice polar, es más inestable que en el meridional y se ha desplazado hacia Canadá y los Estados Unidos, como podría habernos caído sobre el norte de Europa o en la estepa siberiana. Continue Reading

Compartir entrada:

Piñera, gracias y adios

La economía no lo es todo

La economía no lo es todo

Es curioso que el mismo mes en que la oposición ganaba la elección presidencial el presidente saliente registrara el mayor índice de aprobación de todo su mandato. Acaba de ocurrir en Chile. Reconocimiento o sarcasmo, poco importa; el caso es que Piñera, el empresario que ha gobernado el país austral con el éxito económico que acostumbraba a registrar en su vida profesional, ha tenido que esperar al último mes de mandato para ser reconocido por la opinión pública.

No sólo él ha perdido el poder; su salida va acompañada por la de muchos parlamentarios de la Alianza derechista con que ha gobernado los cuatro últimos años. Consiguió interrumpir el record de la coalición izquierdista que sucedió en 1990 a Pinochet tras los 17 años de dictadura militar. Los 20 años de gobierno de la Concertación, bandera que cobijaba a socialistas, radicales y democristianos, se habían hecho demasiado largos. Se secaron las ideas, la corrupción entró en escena y los manejos de los operadores políticos acabaron por impulsar el relevo. La derecha volvió a gobernar, aunque realmente nunca dejó de hacerlo; los cuatro gobiernos de la concertación apenas tocaron una línea del manual que el dictador dejó en La Moneda.

Piñera fue el mejor candidato que una derecha parcialmente renovada  pudo encontrar para romper la inercia. Un centroderechista que votó no en su momento al régimen militar, de familia democristiana, y emprendedor exitoso. Era el perfil adecuado para revertir a la derecha el poder que perdió en 1970 a manos de Allende y la Unidad Popular. Militantes del Partido Nacional en el que se habían asociado liberales y conservadores nutrieron los cuadros del pinochetismo, dejando estigmatizada a la derecha política. Continue Reading

Compartir entrada:

El ombligo nacional

Ejemplo de cretinismo

Ombliguismo provinciano

La incapacidad para mirar más allá de nuestras fronteras centenarias es uno de los problemas mayores que aquejan a los españoles. Algunos, catalanes y vascos sobre todo, lo llevan hasta sus últimas consecuencias; puestos a estrechar horizontes se empeñan en reducir sus ambiciones a escalas provincianas.

Basta con abrir cualquier medio informativo para constatar lo poco que interesa aquí lo que pueda suceder allí, en el resto del mundo. Por encima de sucesos luctuosos no hay información relevante sobre lo que se cuece, o está por cocinar, más allá de nuestra propia despensa.

Y así pasa lo que pasa; las primeras planas se cubren con los absurdos reclamos del encargado de la administración de un gobierno regional, con el “sagrado derecho” al aborto con que los socialistas actuales tratan de tapar sus desnudeces, cuando no con un sin fin de actuaciones judiciales de nunca acabar.

No es nueva esta pulsión carpetovetónica a mirarse el ombligo. Desde hace poco más de tres siglos el país quedó como hibernado tras el esplendor imperial -en el XVIII ya se hablaba del Siglo de Oro como de algo lejano-, y contadas fueron las ocasiones en que despertó para abrirse a nuevas esperanzas y perspectivas; la de 1931 concluyó fatalmente, y parece que algunos quieren cerrar la abierta en 1977. Continue Reading

Compartir entrada:

Etarras sin capucha ni perdón

Sin capucha ni vergÜenza

Sin capucha ni vergüenza

Sobre el arrepentimiento no era de esperar otra cosa. Lo anormal sería que los pistoleros dieran alguna muestra de contrición, ¿cómo cabe pedirles tal sentimiento si continúan militando en el mismo gang que ha producido más de ochocientos cincuenta asesinatos en toda España y en el país vasco cientos de desplazamientos?

Nuestras fuerzas de seguridad, con importantes asistencias del exterior, consiguieron desmontar su organización y el gobierno anterior les abrió la puerta para su reinserción en la sociedad, en la normalidad civil. Pero ¡ay! los etarras no pasaron de lo que llamaron un alto el fuero definitivo, como si a aquellas alturas estuviese en sus manos dejar de matar. Fue una de tantas ingenuidades de aquel presidente, el mismo que pactó con Mas el Estatuto que después hubo de pulir el Constitucional.  Historias pasadas. Pero lo que sigue estando ahí es el gang, la banda armada que durante medio siglo manejó el pomposamente autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Continue Reading

Compartir entrada:

Formas de hacer el tonto

Tan mayorcitos...

Tan mayorcitos…

Lo del partido de Rubalcaba y el aborto es como lo de Mas y su referéndum, formas de gastar en salvas la poca pólvora de que disponen. Ambos fenómenos, nacidos de aquel estúpido pas d’ennemis à gauche,  les aleja de sus bases naturales mientras crecen a su costa sus vecinos más radicales.

Llevamos tanto tiempo de política menor que no extraña ver cómo los líderes, lejos de conducir gentes y procesos hacia sus objetivos, se montan en la cresta de las olas que otros levantan y ellos mismos alimentan con su cabalgar. Algunos analistas achacan tales fenómenos a la demoscopia, ese ara en que tantos principios son sacrificados; no es del todo cierto. Los sondeos son volubles y en un par de meses la opinión pública puede hacer desgraciado a quienes confiaron en lo que el anterior sugería. Algo así canta de la donna el Duque de Mantua en Rigoletto.

Basta con que cuaje la impresión de que va a acabar por tener razón el gobierno de Rajoy en lo de la crisis para que la oposición, emperrada en llevar la contraria hasta en los números, comience a perder suelo bajo sus pies. Continue Reading

Compartir entrada:

Lo de Rajoy

La crisis no lo es todo

La crisis no lo es todo

El presidente del Gobierno hizo recuento de su año. Volcado como está en sacar de la crisis la economía del país, el resto de los asuntos, las otras crisis de carácter social e institucional, fue eludido con el esplín que le caracteriza.

Ser Rajoy, o ser como Rajoy, tiene sus puntos favorables para algunos casos y situaciones, y también desfavorables en casi todos las demás. Al observador imparcial no le costará aceptar que la frialdad, el distanciamiento, son condiciones necesarias para enfrentar situaciones explosivas, como el desafuero de Mas; el calor con frío se amortigua. Por ello le ha ido bastante bien aplicando esa técnica de entomólogo al tratamiento de la bancarrota en que el país se sumía tras el desastre de sus predecesores. Esa labor callada de recortar algunas extremidades sin que por ello el bicho deje de andar, requiere una minuciosidad poco frecuente en el mundo de los políticos.

El político al uso es más dado a la improvisación que al análisis paciente, a las alharacas que al discreto uso de las palancas del poder. Rajoy no es de aquellos; es una rara excepción fruto quizá de dos ingredientes tan poco comunes en esa especie como la timidez y el sentido de vergüenza ajena. Continue Reading

Compartir entrada: