Ridículos. Algo muy mal habremos hecho para estar rodeados de gente tan mediocre que se pelea por asociar su imagen a la de personajes como Corbyn, el excéntrico laborista británico que acaba de hacerse cargo del LP.
Lo de Iglesias no resulta nuevo; antes se travistió de Tsipras después de haberse enfundado el chándal bolivariano.
Una especie de estúpida vanidad le hizo escribir un artículo comparándose personalmente con Jeremy Corbyn, nueva vieja estrella salida de unas primarias donde no se sabe cuántos conservadores habrían participado para poner al frente del partido rival a un oponente ideal para espantar electores.
Como si aquí unos cuantos millares del PP se apuntaran para votar por Iglesias en unas primarias del PSOE. Es lo que tienen las primarias abiertas a la inscripción de participantes.
El caso es que el tal Iglesias dio la bienvenida a Corbyn en el diario de los laboristas ingleses, The Guardian con un breve artículo, Jeremy Corbyn, welcome to Europe’s fight against austerity, texto que aquí remitió a El País, con interrogantes o sin ellos, poniéndose él mismo por delante: “El Pablo Iglesias británico”.
En inglés o en español augura al veterano laborista el mejor de los futuros: “Cada vez somos más y más fuertes en Europa. Bienvenido, Jeremy”. ¿No es como para hacerse gibraltareño, por ejemplo, aprovechando la buena mano que allí tiene Curro Moratinos, el ex ministro de Zapatero hoy metido en todos los charcos?
El tal Iglesias explica que “si Podemos ha sido la mejor expresión de la crisis de identidad del PSOE (no por casualidad llevan un año tratando de disfrazarse de nosotros), en Reino Unido, Corbyn es la mejor expresión de la crisis de identidad del Labour Party.”
Con impostada autoridad profesoral escribe que se sintió profundamente ofendido por «la puesta en marcha de la Tercera Vía de Tony Blair… que hacía de la socialdemocracia una suerte de nuevo social-liberalismo y habría de convertirse en una referencia para todos los partidos socialistas europeos, en particular para el español.”
Y puesto a meter más chinas en los maltrechos engranajes de éste, le cuenta al británico que “cada vez son más los socialistas que vienen con nosotros para defender la democracia, luchar contra la austeridad y la desigualdad. Sólo podemos decirles: bienvenidos compañeros, caminemos juntos.”
Y ahí, claro, saltó Sánchez tratando de proteger su territorio aunque sin demasiada garra. Se limitó a preguntarle al podemita si está con Corbyn o con Tsipras, porque ambos son bastante antitéticos…
Pero donde dio de sí todo lo que lleva dentro lo puso Sánchez en una radio hablando de las semejanzas entre las inversiones en infraestructuras de que habla Corbyn con aquel Plan E de Zapatero. Caro ya fue, doce mil millones de euros; de ellos setenta mil en carteles… ¿Recuerdan la de rotondas y repavimentado de aceras que puso en marcha aquel gobierno socialista en un ataque de keynesianismo chiquitito?