La responsabilidad es de Carmena. Como tantos otros de la lista grecobolivariana que acaba de hacerse cargo de Madrid, a tenor de sus hechos Zapata es un sujeto poco recomendable pero que no pasa de ser uno más del colectivo. ¿Sabía Manola Carmena a qué tren se subía, la composición de sus vagones, paradas intermedias y su destino final? Una respuesta negativa resulta difícil de imaginar; tal ingenuidad no acaba de cuadrar en la personalidad de una añeja comunista.
Dice Zapata que no es antisemita; quizá lo suyo se quede en gilipollas. Y la regidora, tan tranquila pasándole de la concejalía de Cultura –pintiparado le iba el cargo y responsabilidad- a presidir una junta de distrito. Como si los ciudadanos de Fuencarral-El Pardo fueran de menor condición que el común de los madrileños.
Mientras Zapata siga sentado en el consistorio Carmena pechará con la responsabilidad de albergar en su equipo a un corruptor; un sujeto capaz de pervertir principios tan básicos como los derechos humanos. Empezando por el primero, el derecho a la vida; tanto la de los judíos como la de las víctimas de los etarras, puestos ambos en berlina por su concejal Zapata.
Tal vez Carmena no pase de ser una pantalla más de las utilizadas por Podemos para distraer inocentes; tal vez. Pero mientras tenga sobre su mesa el bastón de la ciudad ella es la responsable del equipo que ya desde el primer día está mostrando la catadura de alguno de sus miembros. Zapata es un accidente pero quizá le convenga mantenerlo hasta que quien sigue en la lista renuncie a su puesto antes de verse sometida al escrache de la luz pública.
¿Tampoco sabía Carmena que Alba López Mendiola, la nº 21 de su lista, era otra destroyer social? La muchacha, poco más de veinte añitos, se autodefine como “Bollera, camionera, desviada, leñadora. Feminazi. Doctorada en el arte de quejarse. Intento de marxista – leninista. Proyecto de Socióloga. En las filas de @UJCE (Juventudes Comunistas)”.
Lo cual… allá ella. Pero lo que no tiene pase es lo que tan bello perfil rezuma. En su Facebook, hoy cerrado como su cuenta en Twiter, escribía en septiembre último: “Emilio Botín no debería haber muerto tranquilo en la cama, sino en la calle o colgado, como aquellas personas que se suicidaron al ser desahuciadas por su banco. Otro más que se va de rositas sin pagar sus crímenes”. O aquello otro de “en 10 años el machismo ha matado a más personas que ETA en toda su historia…”
Eso, y lo que irá saliendo, es lo que lleva Carmena bajo sus faldas.
Y Carmona, el edecán que le puso la alfombra para alzarse con el poder, contempla de perfil cómo la regidora, lejos de devolverlo a los corrales, pone a Zapata al frente de un distrito de la capital. El socialista asegura que su responsabilidad es cuidar la imagen de Madrid como ciudad tolerante, y que Carmena sigue teniendo su apoyo.
¿Habrá alguien que dé más?