Alguien, Sarko quizá, debería sugerir a Obama que vuelva a llamar a Zapatero para darle un consejo de esos que no se pueden rechazar, como hizo el año pasado. En esta ocasión la orden sería tan clara como sencilla: “Presidente, convoque ya las elecciones, no espere al otoño; Europa está en juego.”
El llamado presidente, tras el asombro causado por el aviso, quizá se atreviera a esgrimir un par de escusas, como lo de terminar las reformas en curso -?- o el último invento de Leyre Pajín sobre la muerte asistida, incluso la elaboración de los presupuestos del próximo año. Momento éste en que el de la Casa Blanca ya no pudo contenerse: “¿Y en qué los va a hacer, en pesetas? Amigo mío, debe de ser usted el último iluso que crea que en 1012 seguirá habiendo euros”.
El insensato trató de cerrar una conversación que se le hacía insoportable echándole las culpas a Merkel y los países ricos (sic) pero Obama, ya había cortado la comunicación. “No tiene remedio; tipos como éste se bastan por sí solos para terminar con la mismísima Unión Europea”, comentó a Bill Daley, jefe de personal de la Casa Blanca con quien estaba hablando de las últimas gestiones para que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes torciera su brazo y así poder pagar las nóminas federales del próximo mes de agosto. Que aquella es otra.
El presidente de gobierno del cuarto país europeo que podría necesitar ser rescatado se dedicó ayer a poner las peras al cuarto a la canciller alemana, delante del presidente de la UE de visita por Madrid. En cuanto regresó a uno de sus despachos presidenciales, pidió que le pusieran con el candidato: “R, ¿Has visto? ¡con un par! Se van a enterar estos de lo que cuesta hacerse los suecos con la que nos está cayendo. Hombre, te van a aguar a ti la fiesta…”, a lo que Pérez Rubalcaba se limitó a responder con un sugerente “Bien, pero no me defiendas más, compañero”.
Lástima que no les llegara la noticia a los países ricos a los que exigió “un altísimo sentido de la responsabilidad”. Pero se partieron de risa cuando, ya en la noche, Berlusconi les contó que Zapatero le había llamado para decirle que estuviera tranquilo, que había dado a Van Rompuy todo su apoyo porque estaba convencido de que “su probado liderazgo” salvaría la situación de Grecia. Y cuando añadió que se había despedido asegurándole que “mi confianza en Europa se mantiene viva y es profunda” respiraron, dieron por resueltos los problemas y fuéronse tranquilos a dormir.
Así se lucha contra la crisis ¿para qué queremos más?
Y ahora, en serio: el otoño queda ya demasiado lejos ¿por qué no aprovechar el verano para convocar las elecciones, si es que esto no acaba de hundirse? Son unos insensatos; no saben, o no quieren saber, en la que estamos metidos. Se nos olvidó que somos el país que más defaults ha tenido a lo largo de su historia; catorce desde el siglo XVI, de ellos ocho en el siglo XIX. Cierto es que desde 1882, ninguno.