“Hacer país” era el gran empeño del fundador de Convergencia hasta que al cabo de unos años se dedicó a hacer otra cosa, un capitalito familiar. Y en eso sigue hoy la Generalitat de Mas, Junqueras y Durán también, manipulando la mente de los niños desde su infancia. Hablamos de criaturas de siete años; y no de una escuela regida por un exaltado nacionalista sino de textos comunes en las escuelas públicas, como los cuadernos para preparar durante el verano la entrada en el segundo curso de la educación primaria. Editorial Nadal.
Y tampoco se trata de la consabida monserga pseudohistoricista según la cual Cervantes escribió su Quijote en catalán, porque de allí era el buen hombre, como Colón, el almirante de la Mar Océana, o la mismísima Teresa de Avila, personajes todos ellos secuestrados por los castellanos.
No. Se trata de matemáticas, un pequeño cuaderno de iniciación simple y sencillo. El primer problema que plantea los infantes es encantador: “La Caputxeta Vermella duu a la seva àvia un cistellet que conté 3 madalenes i 6 galetes de xocolata. Quantes llaminadures li porta en total”. Como se ve, fácil para que el infante pueda responder sin demasiado esfuerzo que lleva 9 golosinas.
Pero al llegar a la página 12, dotze, la criatura se enfrenta a una cuestión más complicada. Se trata de distinguir los dos conceptos más elementales de cualquier figura geométrica plana: el área y el perímetro.
La cosa viene dada ya desde hace más de veinticuatro siglos, cuando Euclides de Alejandría, que tampoco era catalán, entendía por área la superficie comprendida dentro de un perímetro, y por perímetro el contorno de una superficie.
Pues no; en las figuras que se ofrecen al pequeño que da sus primeros pasos en estas artes al área se le llama regió y al perímetro, frontera.
Y en catalán, regió significa “Extensió de territori que forma una unitat perquè té unes mateixes característiques geogràfiques, polítiques, climatològiques, socials”; y frontera, “Lloc o línia imaginària que limita un estat i el separa d’un altre”. Ni más ni menos. ¡Hasta en la Geometría!
Eso es lo que están aprendiendo los chavales que no empezarán su nuevo curso escolar en Cataluña antes del día 15 de septiembre; que la diada merece un respeto y, sobre todo, que haya mucha gente en la calle.
Dejen a los niños ser libres, y ustedes, pequeños goebbels de feria, a fer punyetes.